El título de esta obra sugiere una crítica a
la creación pictórica de Rufino Tamayo, un acercamiento a sus colores y formas.
No lo es del todo así. Es un relato biográfico elaborado por Rafael Medina
Martínez sobre el célebre pintor oaxaqueño que llegó a convertirse en uno de
los creadores de arte moderno más reconocidos en el mundo.
Rufino Arellanes Tamayo nació en una casa de
la actual calle Cosijopi en el centro histórico de Oaxaca de Juárez. Vivió con
su madre, quien murió cuando él era un niño, su padre los había abandonado
antes. Vivió bajo la tutela de una tía, con ella migró a la Ciudad de México.
Su tía, a quien él ayudaba, vendía en el mercado de la Merced ubicado en el
centro de esa capital. Frutas con su variado colorido. Trabajadores de las más
diversas actividades. Personas que caminaban y compraban, esa fueron las visiones
que fueron construyendo el mundo del pequeño, entonces, Rufino.
El dibujo y los colores le gustaban desde
entonces. Estudio en la Academia de San Carlos siguiendo la enseñanza academicista
que sus profesores preservaban desde la época de la Nueva España. Inicialmente
en su carrera artística, pintó a la vez que obras de caballete, murales como
era lo predominante en la tercera década del siglo XX.
Después de su primera exposición, partió a
Nueva York con su amigo el célebre músico Carlos Chávez. Visitó museos y galerías
de la gran urbe. Las dificultades para vender su obra y tener recursos
económicos lo hicieron pasar días y semanas difíciles. Él y su amigo deciden
regresar a México.
En la capital del país, alterna la creación
de su pintura con la impartición de clases. Su situación económica se va
estabilizando. Pinta y enseña a pintar. Una de sus alumnas fue María Izquierdo,
quien luego fue su primera pareja.
Al estar pintando uno de sus murales, éste
dedicado a la música, conoce a Olga que estudiaba piano.
Se va a París. Sigue creando y expone su
obra. Regresa a México. Vuelve a Oaxaca y se reencuentra con su padre. Es ya un
personaje que tiene el reconocimiento de los grandes creadores y de muchos
mexicanos.
Sobre él y su obra se ha dicho:
Diego
Rivera: “Después de Picasso naiden,
después de naiden Tamayo”
Octavio
Paz: “Tamayo pinta el sol”
Éste es un buen libro para acercarse a la
vida de uno de los más grandes creadores de arte de México y del mundo.
Título: La pintura universal de Tamayo
Autor: Rafael Medina Martínez
Editorial: Letras en su tinta
Edición: Primera, mayo de 2005.