Un niño angoleño de la capital –Luanda-
narra sus vivencias diarias, destacadamente las actividades escolares y colaterales
en su país que va superando la guerra con el apoyo de soldados, médicos y
maestros cubanos. Ondjaki nos va entregando postales con su vida diaria. Se me
ocurre que ese niño protagonista del relato en primera persona pudo ser el
mismo autor.
La vida cotidiana en casa, donde llama
todos camaradas. Buen día camarada Antonio, saluda al señor de avanzada edad
que realiza parte del trabajo doméstico en su casa. Buen día camaradas a sus
compañeros de clase. Buen día camaradas al personal de la radio nacional al
acudir a grabar un programa y se encuentra instalaciones que lo sorprenden, le
muestran otra cara de su ciudad, incluyendo el guion de lo que debe leer para
la grabación.
Buen día camarada profesora. Buen día
camarada directora. Buen día.
El infante va descubriendo que los otros países
no son como el suyo. Ante la visita de una tía que vive en Portugal, le
sorprende que en ese país no haya libretas para el registro de la dotación de
este u otro producto. Lo que sabe es lo que ve. Sabe que cuando el camarada presidente
transita en su lujoso auto por la ciudad, todos los demás deben detenerse,
salir de los autos y esperar el paso del mandatario camarada.
Y una tarde acuden a despedirse de una
pareja de profesores cubanos. Él les dice un emotivo y algo extenso discurso.
Ella deja escapar sus lágrimas. El niño y sus amigos y amigas se retiran
emocionados. Se han quedado con los conocimientos que los maestros cubanos les
han transmitido. Y ellos tienen que partir. Adiós camaradas.
En la última edición de la feria del libro
de Oaxaca asistí a la presentación de otro libro del autor -Los transparentes-.
En la charla de presentación citó el autor éste. Lo busque enseguida. Me
interesó el tema de la participación de los maestros cubanos en Angola.
Previamente supe de dos adolescentes mexicanos –José Agustín y Margarita Dalton- que partieron en 1961 a la Isla para alfabetizar a cubanos, resolviendo
en ese año esa república ese lastre que varios países aún cargan, el nuestro
incluido. ¿Será Ondjaki nieto o hijo de alguno de esos abuelos, padres, jóvenes,
adolescentes o niños que fueron alfabetizados por los mexicanos en Cuba en 1961?
Sí no lo es, de cualquier manera él y miles de angoleños fueron beneficiados
por la solidaridad de Cuba.
Título original: Bom dia camaradas
Título: Buenos días, camaradas
Autor: Ondjaki
Traductora: Ana M. García Iglesias
Editorial: Almadía
Edición: Primera, marzo de 2008.
El singular autógrafo de Ondjaki |
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