Calzoncillos, bóxers, trusas o diminutos
bikinis pueden ser la indumentaria intima de cualquier hombre en el mundo –al menos
en el hemisferio occidental-. Estas prendas de vestir –para cubrir las
vergüenzas dirían algunos- no son privativas de uso por las convicciones
ideológicas, la religión o el origen étnico –éste quizá si-. Su uso depende de
las preferencias para la comodidad del que la usa. En el tiempo se puede variar
de tipo de prenda. Por el título de esta breve novela atrajo mi atención. Se
trata de los recuerdos de la infancia de la autora –Claudia Piñeiro- en un
pueblo aledaño a la capital argentina en los tiempos del golpe de estado que
devino en una opresiva dictadura.
El papá de la autora, un tipo de
ascendencia española, hijo de inmigrantes republicanos, es bien parecido, de
cuerpo atlético y que gusta de los deportes acuáticos. Afición que transmite a
la hija, junto con cierta convicción ideológica.
Después de un empleo bien remunerado en un
banco, el padre queda en el desempleo. Para obtener los ingresos necesarios
para el sostenimiento de su familia, se transforma en vendedor de puerta en
puerta. El producto que ofrece se vende muy bien en el verano y escasamente en
el invierno. Vende ventiladores, que en la forma argentina del leguaje son
abanicos u otro sinónimo.
De pronto la aparente calma que se vive se
ve trastocada por el golpe militar. Por la radio se emiten mensajes que avisan
sobre la toma del poder por los militares y dan a conocer sus decretos. La
calma es sólo aparente. Hay aprensiones. No hay clases.
Por las mismas fechas se recuerda un
aniversario importante de la bandera nacional. En el poblado de la protagonista
se presume que se construyó el primer gran monumento al lábaro patrio, hecho
que lo mantiene en disputa con una capital provinciana. Llega el día del
anunciado y preparado festejo. Se ha dicho que acudirá el general en jefe y
dictador de la nación. Ella, la niña protagonista ha sido designada abanderada
para el desfile conmemorativo. De acuerdo a sus principios, aprendidos de las
convicciones paternas, está en un dilema: participar o no en el desfile al
frente de sus compañeros de escuela. Llega el día. Decide desfilar portando la
bandera. Al momento de marchar frente a las autoridades, tienen que hacer el saludo
volteando la vista hacia quienes presiden. En el momento preciso del saludo
ella voltea al lado contrario. Ha hecho un gran acto de indisciplina y
resistencia ante los representantes del gobierno dictatorial. El general en
jefe no acudió a ese evento, se fue a la otra capital.
La vida son grandes momentos y pequeños
instantes. La rebeldía infantil ante lo oprobioso fue manifiesta. Quizá pocos
la advirtieron. La infante avanza victoriosa hacia la vida.
Título: Un comunista en calzoncillos
Autora: Claudia Piñeiro
Editorial: Alfaguara
Edición: Primera, abril de 2013.
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