El puerto de Veracruz fue puerta de ingreso
a México, desde los colonizadores españoles hasta que inició la aviación
comercial con transporte de pasajeros. Así como otros puertos del Golfo de
México y del océano Pacífico. En algunos de esos barcos que arribaron al fin
del siglo XIX y principios del siglo XX llegaron familias o grupos de éstas de
inmigrantes libaneses -que para la cotidianidad de entonces lo mismo era si
procedían de Líbano, Siria o Turquía, todos eran hárbanos-. Este libro de
Héctor Azar narra la inmigración de tres personas libanesas, el padre y dos de
sus hijas. E inicia recordando su traslado del pueblo de partida al puerto libanés,
el viaje en barco y luego su llegada a Veracruz.
De las familias libanesas que inmigraron
por el Golfo de México algunas se quedaron en Veracruz, otras se fueron hacia
el sur, otras a la capital del estado –Xalapa-, las más a la ciudad de México y
su área de influencia en la mesa central. Así se fueron constituyendo
comunidades libanesas en varias entidades de México.
La familia incompleta que protagoniza el
relato del autor, después de una estancia en el puerto viaja a la ciudad de
México y de ahí al estado de Hidalgo, donde se unen a otros inmigrantes de
décadas anteriores. La fortuna ya acompañaba a los inmigrantes previos. Y los
nuevos inmigrantes tienen que iniciar la formación de su propia fortuna. La fórmula
es similar: la venta de telas y artículo de mercería de puerta en puerta,
recorriendo pueblos y rancherías. Fue una formula eficaz, que luego les
permitió el comercio sedentario. Un ejemplo exitoso es Chedraui, que se ha
expandido en el oriente, sureste y occidente de México.
Las familias libanesas se han insertado en
varias sociedades provincianas. Tengo amigos de ese origen.
En la economía mexicana y en la política han
tenido éxito los descendientes de esas familias inmigrantes. Entre los
apellidos destacados están: Slim, Helu, Harp –que el más destacado de ellos
dice que era Harb-, Elías, Ayub y otros más. Varios de esos descendientes se
acomodaron al estilo del partido gobernante en el siglo XX, el Pe erre i, entre
ellos están el actual secretario de educación Chuayfet Chemor, el exdirector de
la Comisión Federal de Electricidad, Elías Ayub. La mayoría de los incorporados
a la política han resultado nefastos y varios dedicados al comercio también. De
los que han sido exitosos en finanzas y economía, solo uno dedica parte de su
gran fortuna al altruismo y la cultura, este es Alfredo Harp Helu en Oaxaca.
Muchos viven en medianía económica y siguen
conservando las habilidades heredadas de sus ancestros para los negocios.
Cultivo amistad con uno de esos descendientes de libaneses, buen amigo, buen
chef y excelente anfitrión.
Libaneses como los personajes de esta obra
de Azar se asimilaron a la cultura mexicana, la enriquecieron con sus
aportaciones a la gastronomía, el arte y mucho más. En un balance a primera vista
ellos ganaron más que el país que los acogió y los hizo mexicanos. En la cinematografía
nacional son celebres los personajes de hárbanos que representó Joaquín
Pardavé, por ejemplo.
Título: Las tres primeras personas.
Autor: Héctor Azar
Editorial: Grijalbo
Edición: Primera, 1976.
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