Llegó correo. Una frase que ya no se escucha con frecuencia. Los pocos sobres que recibíamos en casa eran de las cuentas de tarjetas bancarias.
El que corre. El que entrega las cartas. Las cartas van de una casa a otra, de un pueblo a otro, de una ciudad a otra, de un país a otro, de un continente a otro. también se envían cartas al futuro. Se entierran cajas que serán desenterradas por los futuros habitantes.
En el centro histórico de Oaxaca están una casona de la época novohispana que alberga este singular y quizá único museo. Nos muestra en sus salas cómo se inició el envío de cartas. Es el Museo de la Filatelia. Lo patrocina la Fundación Alfredo Harp Helú. El acceso es por la calle Reforma No. 504, frente a la Hemeroteca Pública.
En la primer sala un mapamundi nos describe el mundo que habitamos. Y nos muestra algunos timbres postales de la mayoría de los países.
Un primer patio muestra dos esculturas metálicas.
Una sala con temperatura y humedad controladas contiene la mayor parte del acervo del Museo. En paneles contiene un recorrido por la filatelia de México y del mundo. Allí mismo se conservan algunas muestras de billetes, el más antiguo de 1822, recién independizado México de España. En esas mismas condiciones se preservan cartas escritas por Frida Kahlo.
Un patio con mesas y sillas. Y otro patio, el más grande, blanco y luminoso. Enseguida una sala de exposiciones temporales. Estos días hay una de fotografías que hermana a Cuba, México -Oaxaca- e Italia. Y una sala que muestra una oficina de correos.
En estos años que nos toca vivir ya no se envían cartas por el correo. Para ello utilizamos el email. Recorrer este Museo nos muestra cómo va cambiando la humanidad en sus acciones cotidianas. En el futuro el email ya será historia también.
Un Museo es parte de la historia de la humanidad. Y el MUFI nos presenta cómo se comunicaban los seres humanos a la distancia.
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