La increíble historia de una princesa que llegó de Oriente para convertirse en la milagrosa Catarina San Juan,
la China Poblana
Catarina San Juan en un grabado del siglo XVII |
El México actual es la fusión de dos
grandes culturas, la mesoamericana y la española, con todo el dolor que produjo
la conquista. Además se han asimilado a la cultura nacional personajes de otros
orígenes. Uno de esos personajes es Catarina San Juan, a quien se le reconoce
como la China Poblana y cuya indumentaria trascendió y forma parte de la
identidad mexicana. En esta novela Jaime Panqueva nos narra la vida de ese
personaje y las circunstancias de su llegada al puerto de Acapulco en los
inicios del siglo XVII.
Catarina San Juan nació en la antigua
Delhi, capital de la India Prastha en 1609. Su nombre original fue Mirrha –amargura-.
Desde su nacimiento se le vaticinó un futuro prodigioso, pero no en su tierra,
sino en el Nuevo Mundo.
En el siglo XVII llegó una comitiva
japonesa a la llamada Nueva España, el arribo fue por el puerto de Acapulco,
surcando el océano Pacífico como lo hacía la Nao de China con las mercaderías
del oriente, rica cerámica, sedas y otros productos que intercambiaban con los
que se exportaban de la entonces colonia del Imperio Español. Esa comitiva
visitó al virrey y luego partió a España, saliendo por el otro lado del continente
embarcándose en el puerto de Veracruz.
En 1620 Catarina San Juan es raptada y esclavizada
por piratas portugueses en un puerto de los dominios de su padre. Es trasladada
a Manila y de ahí a Acapulco. Es así como llega a estas tierras americanas. A
finales de 1621 Catarina está instalada en Puebla, en la casa del capitán
Miguel de Sosa, cerca de San Francisco. El 4 de diciembre de 1624 muere De
Sosa, en su testamento da la libertad a Catarina. Ella sirve a la viuda y
cuando ésta se va un convento queda en tutela del clérigo Pedro Suárez. Éste
casa a su criado chino Domingo con Catarina. Cito al autor:
“… El chino acepta sin entender y “proponiéndole
la obligación del matrimonio”, Catarina se rehúsa. Nada consiguió con tratarla
de “hechicera y bruja” ni con quererla matar, ni con enfermarse gravemente. Catarina
fue inflexible. Nadie la creyó virgen y vivió “con la nota afrentosa de estéril
y sin la corona de virgen en las humanas estimaciones…”
En 1640 Catarina hace una peregrinación a
Cosamaloapan acompañada de Domingo. En 1644 muere Domingo en Veracruz. Catarina
pasa a vivir con la familia Del Castillo y Altra. En 1680 Catarina exorciza el
oratorio de los filipenses. Ese mismo año se creó en el Convento de Santa Rosa
de Lima el mole poblano. El 5 de enero de 1688 murió Catarina San Juan. Fue
enterrada en la iglesia jesuita del Colegio del Espíritu Santo, Sus confesores
sostiene que no aprendió a leer ni a escribir.
En 1689 de se publica en Puebla la primera
parte de Prodigios de la Omnipotencia y
milagros de la Gracia en la vida de la venerable sierva de Dios, Catharina de
San Joan. En 1690 se publica la segunda parte en la ciudad de México y en 1692
se publica la tercera parte. Estos Prodigios
son prohibidos en España por la inquisición. En 1696 la inquisición mexicana
ordena la confiscación de los Prodigios
en todo el virreinato y la clausura del altar dedicado a Catarina San Juan.
Y nace la tradición. A la vestimenta de
Catarina San Juan se atribuye el origen del traje de China Poblana.
Título: La rosa de la China
Autor: Jaime Panqueva
Editorial: Planeta
Edición: Primera, marzo de 2011.
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