Sigue
siendo un déficit de nuestra educación la formación de ciudadanía, consciente
de sus derechos, pero también de sus responsabilidades con la colectividad. Ésta frase de la penúltima página del texto de este libro
sintetiza mucho de lo que falta para una transición a la democracia en Oaxaca.
Víctor Raúl Martínez Vásquez nos reseña y analiza en este libro los años
vividos en la sociedad oaxaqueña para llegar a la alternancia en el gobierno
del estado y el muy incipiente inicio de la transición democrática que muchos
anhelan y sus múltiples dificultades en el seno de una sociedad multicultural,
pluriétnica y con un conservadurismo autoritario muy enraizado en sus cúpulas
de poder
En los antecedentes del primer capítulo se
relatan los sucesos que hicieron posible la alternancia en el poder ejecutivo
federal en el año 2000, después de más de siete décadas de un mismo partido en
el poder político. La decepción con que terminó el primer gobierno de
alternancia y la agudización en el segundo periodo del PAN que conservó la
titularidad el poder ejecutivo federal de forma cuestionable. Y, de muchas
maneras, la ausencia de una transición a la democracia que muchos mexicanos
reclamamos y que hemos buscado de manera pacífica, mediante los votos.
En Oaxaca tuvo que pasar una década más
para llegar a la alternancia en el gobierno del estado. Los dos gobiernos
previos –doce años- son señalados por su autoritarismo y ejercicio
patrimonialista del poder, acuñando para su identificación el término “gobernadorismo
autoritario”, a semejanza de como se llegó a identificar la forma del ejercicio
de la presidencia de México con el término “presidencialismo”. El abuso en el
ejercicio del poder, de las decisiones y del uso de los recursos públicos que
corresponden a la Nación – a todos-
Según el autor para lograr la alternancia y
la transición fue condición indispensable la coalición de los partidos
opositores al régimen, aún con sus declaradas posiciones ideológicas distintas
y contrarias. No había otra manera es la conclusión del autor. Y por ello fue
necesaria la coalición de los partidos Acción Nacional, de la Revolución
Democrática, del Trabajo y Convergencia –ahora Movimiento Ciudadano- para reunir
los votos necesarios y ganar la gubernatura de manera pacífica. Por ello
también, sigue explicando el autor, fue necesaria una plataforma política
conjunta y candidaturas de diputados y presidentes municipales coaligados, repartiéndose
las candidaturas entre los partidos coaligados.
Parte importante fue la designación del
candidato Gabino Cúe Monteagudo, por su trayectoria electoral previa, después
de abandonar el Partido Revolucionario Institucional –en el que, si no militó,
si figuró en puestos gubernamentales en el estado y en la federación-,
presidente municipal de la ciudad de Oaxaca de Juárez, candidato con alta
votación y derrotado mediante fraude electoral en la elección para gobernador
en 2004 y senador de la república electo por mayoría en 2006. Así este
personaje se vuelve el candidato que aglutina voluntades y es designado para
encabezar la coalición que llega a triunfar en la elección para gobernador en
2010. Dándose así la alternancia en Oaxaca. Como parte de ella, una mayoría
coaligada en el Congreso del estado y presidentes municipales de los mismos
partidos en los principales municipios de la entidad. Se da la alternancia
anhelada.
El autor muestra su gran admiración por
Gabino Cué Monteagudo. El mismo título lo hace ver así. La realidad es que fue
el personaje más destacado para esa alternancia. El mayor mérito está en los
más de 700 mil ciudadanos que sufragaron por él confiando en sus promesas de
campaña.
La difícil transmisión del poder ejecutivo.
Por cierto, el autor no cita que el gobernador saliente no acudió a la sesión
del Congreso para la toma de protesta del nuevo gobernador. Aquí también lo
dejaremos como uno de los innombrables.
Y ya instalado el nuevo gobierno, las
primeras pifias. El nombramiento de varios secretarios de despacho que no
reunían los requisitos de la legislación que recién había aprobado la nueva
legislatura, mismos que fueron saliendo del gabinete. Luego la inclusión en el
gabinete de personajes del antiguo régimen, con sus formas propias de ejercicio
del poder autoritario. Y para completar el gabinete la inclusión de personajes
de partidos y organizaciones sociales como cuotas de poder por el apoyo en
campaña. No se valoró el perfil para todos los cargos. Resultando un gobierno errático,
sin coordinación y por lo mismo ineficaz.
Vuelta al principio o casi a éste. Si bien
se logró la alternancia no se ha dado una transición a la democracia. Los
actores responsables son muchos: Funcionarios del gabinete del gobernador que
él debiera retirar ejerciendo su autoridad y proponiendo a nuevos responsables
al Congreso; dirigentes de partidos y organizaciones sociales o empresariales
que actúan en cargos de gobierno como representantes de sus respectivas
organizaciones y no de un cargo para servir al pueblo todo. Del lado de la
sociedad la efervescencia continua de movilizaciones gremiales y de otras
organizaciones en demanda de sus propias reivindicaciones, estorbando el tránsito
mediante el bloqueo de vialidades o accesos a dependencias públicas y en los
más críticos casos la actividad comercial de establecimientos en plazas y el
centro histórico.
En una revisión rápida del plan de gobierno
se contrasta el poco avance con lo que se dijo que se realizaría. Las
expectativas promovidas fueron muchas y son necesarias. La capacidad de logro
del gobierno se ve mínima. Se señala falta de eficacia en el ejercicio del
servicio público de muchos funcionarios. Es cierto. También es cierto que el
gobernador es el señalado como quien no cumple. Puede resolverlo con una
renovación de su gabinete para que su gobierno sea eficaz en sus propósitos escritos
en el plan de desarrollo. La historia sigue transcurriendo.
Una postal muestra en la antepenúltima y
penúltima páginas del texto el hartazgo de estas movilizaciones. Cito:
La
sociedad observa y se cansa, se empiezan a dar nuevas protestas por las
protestas. El caso de José Azcona quien en la ciudad de Oaxaca, hastiado de que
reiteradamente los manifestantes le impidan el acceso a su negocio de
reparación de llantas con bloqueos, protestó desnudándose. “Yo también soy
pueblo” decía su cartel en la mano, mientras exhibía su desnudez.
Tiene razón el autor cuando señala la falta
de educación ciudadana. Son más de tres décadas perdidas y de deterioro de la
educación básica por el prolongado conflicto de los maestros con el Estado.
Señala el autor en una autoporra –es actualmente director general del CECyTE-
que hay una pequeña mejoría en la educación media superior. Y más de cuatro
décadas de deterioro de la educación universitaria. No solo es en la escuela
donde se forman los ciudadanos, es en la familia, la comunidad, la sociedad,
los medios. La educación formal es fundamental y no avanzamos como se debiera.
Lo que no podemos aceptar es que la
transición, con todas las grandes dificultades que implica, no se logré. Y
regresé el autoritarismo que ya conocimos y que no queremos.
Cuando asumió el poder ejecutivo del estado
el gobernador Cué, yo vivía lejos de aquí. Ese día 1º de diciembre de 2010 al
cruzar el río Pánuco de norte a sur pensaba en que en Oaxaca se iniciaba una
nueva etapa de la vida pública. Al llegar a mi vivienda busque el discurso de
toma de posesión del entonces nuevo gobernador. Escribí y publique en mi blog de opiniones:
Sobrio. Conciliador. Propositivo.
Reflexivo. Esperanzador. Descriptivo. Elocuente. Estos serían los adjetivos
merecidos del discurso con que Gabino Cué Monteagudo asumió el mandato que el
pueblo de Oaxaca le otorgó mediante la mayoría de los sufragios. Y dijo que
gobernará obedeciendo.
La sobriedad ya se ve y huele a chocolate
en el renovado portal de Internet del Gobierno de Oaxaca. Y se siente la
tibieza del clima de allá en el canal de You Tube del mismo gobierno. Un
gobierno que inicia comunicándose por Twitter y Facebook.
La mayor grandeza del pueblo de Oaxaca se
esconde tras su pobreza. La humildad, la sencillez, la mirada de los oaxaqueños
exigen cambios. Con éstas o similares palabras habló del reclamo de justicia y
progreso.
Bosquejó su plan de gobierno. Presentó un
conjunto de reformas que pretenden fortalecer a los poderes Legislativo y
Judicial, así como al Ejecutivo. Aseguró que no permitirá la impunidad. Y
ofreció aplicar justicia, no venganza. Que prevalezca la ley será la ruta de su
gobierno. Así lo declaró.
Elogió la creatividad de las mujeres y
hombres de Oaxaca. De cómo tejen sus sueños y hacen del barro su expresión de
anhelo de progreso. Llamó hermanos a los descendientes de los pueblos
originarios, los indígenas olvidados de la modernidad y del bienestar. Habló con
orgullo del color de las artesanías, del sabor del chocolate, de la delicia del
mezcal y afirmó que en Oaxaca se le puso sabor al mole.
Evocó a los próceres oaxaqueños: Benito
Juárez, Porfirio Díaz, Ricardo Flores Magón y José Vasconcelos.
Hoy inicia una nueva etapa histórica de
Oaxaca. La esperanza permanece.
El
beneficio de la duda:
En su gabinete incorporó a la ex candidata
a la gubernatura por el Partido Nueva Alianza, Irma Piñeyro Arias, sempiterna
priísta y luego panalista, como secretaria general de gobierno. ¿Será esta una
señal a la maestra Elba Ester Gordillo Morales? Ratificó a la procuradora que
acompañó a Ulises Ruíz Ortiz –quien mostró su verdadero rostro autoritario al
no presentarse a la ceremonia de transmisión del poder ejecutivo, no es
demócrata- ¿qué se pretende son esta ratificación, qué no huya con las pruebas
de los delitos que debió investigar y procurar su castigo? Su vocera es la otra
ex candidata a gobernadora por el Partido Unidad Popular, que con su sectarismo
le hizo el juego al PRI en 2004 y en 2010. Al tiempo tendremos las respuestas.
El 1 de diciembre de 2000 los mexicanos
presenciamos la asunción a la presidencia de la Repúbica por un ciudadano
electo por una mayoría relativa, con inmensas esperanzas de cambio, aún para quienes
no votamos por él. A diez años del suceso no se vio el cambio ofrecido. Otra
década perdida, al sumarse cuatro años de desgobierno espurio.
Hoy en Oaxaca resurge la esperanza. Sí
Gabino Cué Monteagudo, quien fue electo por la mayoría absoluta de los
sufragantes, hace como gobernador lo que dijo hoy ante el Congreso de Oaxaca,
presidido por una mujer indígena –Eufrosina Cruz Mendoza-, será reconocido por
las mujeres y los hombres de esa tierra: Corazón de México. Y será un excelente
prospecto para el relevo presidencial que sucederá el 1 de diciembre de 2018.
Los días, los meses y los años nos traerán
las respuestas. Hoy hay esperanza. Y ésta dura hasta que se acaba.
Así lo escribí. Y de nuevo lo comparto.
Título: Gabino Cué Monteagudo: Alternancia
y Transición en Oaxaca
Autor: Víctor Raúl Martínez Vásquez
Editorial: Instituto de Investigaciones
Sociológicas de la UABJO
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