En las penúltimas décadas del siglo XX, el
día inicial de septiembre era el “día del presidente”. Lo que la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos –Ley suprema- establece como un acto
republicano: que el presidente de la República comparezca ante el Congreso de
la Unión y presente un informe de la situación de la Nación, fue convertido en
un acto de culto al presidente en turno. Varios de esos presidente fueron sujetos
de los artículos, entrevistas y comentarios de Julio Scherer García, autor de
este libro, que nos acerca a estas figuras del poder.
En una narrativa que va de los años sesentas
del siglo XX a la primera década del siglo XXI, el autor nos va presentando a
los presidentes en el ejercicio de su inmenso poder, varios de ellos más allá
de lo que las leyes les otorgaban. Así van apareciendo en estas páginas: Adolfo
López Mateos, Gustavo Días Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo
y Pacheco, Miguel de la Madrid Hurtado, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto
Zedillo Ponce de León –presidentes del siglo XX y postulados por el Partido
Revolucionario Institucional, Pe erre i-, Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón
Hinojosa–postulados por el Partido Acción Nacional- y el actual Enrique Peña
Nieto del Pe erre i.
El periodista describe escenas que presenció,
que se enteró por entrevistas con colaboradores cercanos y por diálogos directos
con los presidentes. Destacadamente se refiere a dos de ellos. Luis Echeverría
por su aparente lealtad a quien lo hace llegar a la presidencia, su predecesor
Díaz Ordaz –quien asumió ante el Congreso de la Unión la responsabilidad por
los sucesos de 1968 en que murieron decenas de estudiantes-, y luego se
transforma en un personaje con un discurso de apertura democrática y que en los
hechos no cumple. Él es señalado como responsable de los hechos que provocaron
la ruptura en la cooperativa que editaba el diario Excélsior y cuya dirección
el autor tuvo que abandonar en 1976. También señalado con responsable del
ataque a estudiantes que protestaban en la ciudad de México el 10 de junio de
1971. La historia los juzga, ya que la fiscalía especial que se constituyó en
el gobierno de Vicente Fox, a inicios de este siglo, no pudo consignarlo por
los crímenes que se le atribuyen.
Uno de los personajes a quien describe de
cerca es a su lejano primo José López Portillo. Señala sus frivolidades y las
de su familia, con quienes compartió el poder emanado de la silla presidencial.
El manejo discrecional de la publicidad del gobierno federal para no otorgar
ésta a medios que le eran adversos, como el caso del semanario Proceso –que el
autor y un grupo de periodistas fundó al salir de Excélsior-. El nepotismo
materializado en su hermana –Margarita- y su hijo –José Ramón-.
Luego un personaje gris, De la Madrid, que
quedó totalmente opacado ante la acción ciudadana que reaccionó ante el
desastre del terremoto ocurrido el 19 de septiembre de 1985 y que destruyó gran
cantidad de edificaciones en el centro de la capital.
Enseguida el ambicioso de poder Salinas de
Gortari. Entregó bienes nacionales a particulares con la promesa de crecimiento
económico. La sorpresa fue inmensa, ya que su periodo terminó con asesinatos
hasta ahora no aclarados del todo –Luis Donaldo Colosio, candidato a la
presidencia, y José Francisco Ruiz Massieu, secretario general, ambos de su
mismo partido- y el levantamiento armado de indígenas de Chiapas agrupados en el
Ejercito Zapatista de Liberación Nacional. Y el desastre económico al inicio
del siguiente periodo presidencial.
Zedillo no previó ser presidente y llegó a
serlo. Inició con una gran devaluación de la moneda –el peso pasó de 3 a más de
8 por dólar-. Aumento de impuestos, festinados en el congreso con señales obscenas
del diputado dirigente del partido del presidente –la roqueseñal-. Finalmente
la pérdida de la presidencia en la siguiente elección.
Llegó Fox. La esperanza del cambio prometido
fue minando a medida que pasaban las semanas y los meses. Casi nada de lo
prometido en campaña se cumplió. Y se agregó a la imagen presidencial la de “la
presidenta”. La ambición de la esposa del presidente fue visible. La corrupción
siguió. Y sigue. Fox es señalado como traidor a la democracia.
Luego Calderón. Señalado por algunos de sus
amigos y correligionarios como dipsómano. Ascendió al poder sin tener la
certeza plena de que triunfó en las urnas. Sacó a los militares de sus
cuarteles a una guerra contra el narcotráfico. Miles de muertos en las calles.
El menor crecimiento económico en la historia moderna de México, contra lo
prometido en campaña.
De regreso el Pe erre i en la persona de Peña
Nieto. Siguen los militares en las calles. Sigue el bajo crecimiento. Sigue la
corrupción.
Título: Los presidentes
Autor: Julio Scherer García
Editorial: Grijalbo - Proceso
Edición: Segunda, mayo de 2016.
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