Modernidad, tradición y formación de la
Oaxaca porfiriana
Descubrir parte del pasado de una ciudad, que
desde hace más de tres décadas está incluida en el Patrimonio de la Humanidad,
es el resultado del trabajo de búsqueda en archivos históricos del investigador y profesor de la Universidad de
Connecticut Mark Overmyer-Velázquez. Ésta nos es entregada en este libro que
fue editado con motivo del Bicentenario del inicio de la Guerra de Independencia
de México y del Centenario del inicio de la Revolución Mexicana.
La ciudad es verde. Sus fachadas, de templos,
edificios de gobierno y casonas particulares se muestran de un verde jade
después de la lluvia. Por ello esta ciudad es también llamada la Verde
Antequera, así también se hace referencia a uno de los nombres que tuvo en la
época de la Nueva España. Debe tener alguna razón el autor para identificarla
con el color de la esmeralda.
Se hace referencia a las características de
la ciudad al correr el tercer tercio del siglo XIX. De la llegada al poder
ejecutivo federal del general Porfirio Díaz –hijo ilustre de esta ciudad- y su
posterior conversión en un dictador –como otros de Latinoamérica-. La
influencia del personaje en el desarrollo económico de la ciudad y de la región
de los valles que la rodean. En aquellos años resurge la minería, con mayor
impulso que en la época colonial. De ahí se nutre la ciudad. De ahí se obtienen
los recursos para las nuevas edificaciones y para transformar las existentes.
El ferrocarril llega a la ciudad en 1892. Con
este moderno medio de transporte –de pasajeros y de carga- se da forma al impulso que la
minería no tuvo antes. Los minerales extraídos fueron llevados a otras
latitudes por ese medio. La ciudad recibió inmigrantes de EE UU, Canadá y
algunos países de Europa. Ellos traían sus capitales con los que se reactivó
intensivamente la industria extractiva. Descendientes de esos inmigrantes instalaron
la primera planta de generación eléctrica para el alumbrado. Era esa la
modernidad del momento. Además de poder viajar hacia el centro del país de
manera segura y rápida.
Los inmigrantes y quienes los apoyaron con
sus capitales o la alianza política se fue gestando la moderna clase dominante
porfirista. El autor la identifica como la “vallistocracia”. De las montañas
cercanas y del valle se extraen los metales que engrosan los capitales de esa
aristocracia que controla el gobierno. También impone, por vía de reglamentos
municipales, restricciones a las actividades que realizan las personas pobres,
también limita las áreas de vivienda, creando barrios de distintos y contrastantes
niveles.
Un caso en particular que destaca el autor es
el control de los establecimientos donde se permitía el ejercicio de la
prostitución y de las mujeres que ejercían ese llamado oficio más antiguo del
mundo, estableciendo para ellas control médico. El libro incluye fotografías de
esos instrumentos de control que se conservan en los archivos, así como las
fichas de identificación de las personas con sus fotografías. ¿Qué pasaría después
de la Revolución Mexicana con esos medios de control y registro? ¿Cómo serán
ahora?
También se incluyen mapas de la ciudad de
entonces. Se describe la construcción de edificios emblemáticos como el Teatro
que ahora lleva el nombre del ilustre compositor Macedonio Alcalá. Cada casona
tiene su historia. ¿Quién y cuándo la escribirá?
Éste es un libro para acercarse a la historia
de hace un siglo y un poco más de la ciudad emblemática del Valle de Oaxaca.
Título: Visiones de la Ciudad Esmeralda
Autor: Mark Overmyer-Velázquez
Editorial: Universidad Autónoma Benito Juárez
de Oaxaca y Congreso del Estado de Oaxaca
Edición: Primera, 2010.
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