La persistencia de la memoria de Salvador Dalí |
¿Es el tiempo lo primero del
universo? Pasa inadvertido y continuo. Se sabe de su existencia por la
ubicación del Sol o, más bien, de la tierra -nuestra casa común- respecto del
Sol. Porque tenemos idea de ayer y antes, de ahora, de mañana y el futuro. Es
éste un extenso ensayo sobre la cuestión del tiempo y su concepción en la vida
del hombre –en tanto especie- y las sociedades, de la autoría de Leonardo Da
Jandra.
Con cierto grado de
conocimientos sobre el devenir del hombre sobre la Tierra y seguramente un buen
acervo, el autor se fue a vivir en una playa excepcional en la costa del
Pacífico oaxaqueño en Huatulco. Tangolunda es esa playa. Ahí vivió, entre el
mar y la selva, sobre la arena, Da Jandra y de lo que observó en la forma de
vivir de los pobladores se finales de la década de los sesentas y setentas del
siglo XX fue haciendo sus conclusiones.
Una primera conclusión es cómo
se fue generando a partir del estado de naturaleza –alimentarse de la caza y de
la pesca- al estado de derecho –comprar los alimentos- entre los pobladores de
esa costa oaxaqueña. Y la va comparando con lo ocurrido en otras latitudes y en
otros tiempos, siempre del pasado.
Luego el autor diserta de los
tres tiempos de la humanidad: preteridad presentaneidad y posteridad. Y así el
tiempo se puede visualizar en tres partes. Todo lo que ya ha pasado. El
instante presente. El futuro utópico o no. Cada hombre y cada sociedad
interpreta el pasado –preteridad- de acuerdo a sus conocimientos y
experiencias. Por ello cada hombre y sociedad vive el presente de manera
distinta a los demás. Es un mismo instante y para cada quien es único. Por ello
cada hombre y cada sociedad prevé el futuro de manera distinta –posteridad-.
Una sociedad se tornará
distinta en el futuro por la acción de los posteros –los que piensan en la
posteridad-, estará en su contra la reacción de los que quieren seguir en el
pasado, en el pretérito y la indiferencia de quienes viven sólo el instante
presente.
El tiempo y el espacio siguen
siendo temas de estudio. En tanto personas en el espacio común -la Tierra-,
disponemos del mismo tiempo. Cada día tenemos las mismas horas todos. Cómo las
utiliza cada quien, es su propia decisión y circunstancia. Por ello la determinación
del tiempo está basada en un acuerdo.
En México se respondía comúnmente
en la ínsula del poder a la pregunta del jerarca ¿Qué hora es? La que usted
diga señor presidente. Ahora, cada quien puede decir la hora que es. Y cada
quien pensar cómo sería el futuro mejor. La cuestión es llegar a un acuerdo benéfico
para todos.
Título:
La gramática del tiempo
Autor:
Leonardo Da Jandra
Editorial:
Almadía
Edición:
Primera, junio de 2009.
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