Política energética
para que México sea
potencia
económica en el siglo XXI
Este libro colectivo contiene un análisis
de la situación de la industria petrolera mexicana y de las amenazas que se
ciernen sobre ella y la Nación misma ante la amenaza de privatizarla por parte
del gobierno y sus aliados políticos de la derecha, supeditándose a las grandes
corporaciones extranjeras con especial énfasis a los intereses geopolíticos de
los Estados Unidos de América, nuestro poderos vecino del norte y socio en el
Tratado de Libre Comercio de América del Norte –TLCAM-.
En la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos –ley suprema y resultado de la Revolución Mexicana- quedó
establecida la propiedad de la Nación de los hidrocarburos del subsuelo,
continental y marítimo. Esta propiedad se hizo vigente a plenitud hasta la
expropiación de la industria petrolera que estaba concesionadas a empresas extranjeras
el 18 de marzo de 1938 por el Presidente General Lázaro Cárdenas del Río.
Desde la expropiación hasta nuestro días,
los recursos procedentes del petróleo han formado una parte fundamental de la
riqueza que ha dispuesto el gobierno para suplir un gran déficit de recaudación
de impuestos. Siendo así los hechos, esto equivale a una transferencia de la
riqueza de la Nación a las grandes corporaciones privadas, nacionales y
extranjeras, que no han pagado los impuestos que la Constitución establece ya
que mediante leyes secundarias se les ha permitido la elusión de estos.
Una buena parte del desarrollo industrial y
económico que tuvo México durante cinco décadas, hasta 1982, con un crecimiento
de 6% anual se debió a la plataforma que representa la industria petrolera nacional.
A partir de que la economía mexicana se fue subordinando a los intereses
neoliberales extranjeros la economía decayó y no se recupera para satisfacer
las necesidades nacionales actuales. En la actualidad la exportación de
petróleo crudo cubre el gran déficit comercial por las importaciones que se
realizan cada vez de más productos, incluyendo alimentos básicos. También la
industria petrolera es la que ha provisto y provee al gobierno de la mayoría de
divisas que llegan a formar parte de la reserva del Banco de México.
Desde que se hizo la expropiación de la
industria petrolera han habido actores económicos y políticos que han
pretendido y siguen pretendiendo revertir ese hecho que marcó un hito en la
historia de México en el siglo XX. El argumento central de quienes ahora, desde
el poder de algunas instituciones nacionales –la presidencia, grupos
parlamentarios y partidos políticos de la derecha-, pretenden la privatización
de la industria de los hidrocarburos es que no se disponen de recursos públicos
para inversión en esa industria, siendo que es precisamente del petróleo de donde
el gobierno ha dispuesto en las últimas décadas del 35 al 40% de sus ingresos
para el presupuesto. Y prevalece la política fiscal de no gravar a las grandes
corporaciones nacionales y extranjeras mediante procedimientos de elusión que
la ley permite, haciendo la mayor carga fiscal en las personas físicas –trabajadores
asalariados- y pequeñas y medianas empresas. Por ello la argucia de la carencia
de recursos para expandir la industria petrolera es falsa, es un engaño.
También se señalan en este libro hechos de
corrupción que se han propiciado en el otorgamiento de contratos –violatorios de
la Constitución- y con la cobertura de las modificaciones a las leyes secundarias
en la reforma de 2008. Se señala el hecho mismo que el Consejo de Administración
de Petróleos Mexicanos posee, en razón de esas reformas legales, facultades que
corresponden al Congreso de la Unión, lo o que está permitiendo una gestión de
ese organismo en beneficio de los propietarios de las empresas contratistas,
nacionales y extranjeras.
En un capítulo se hace el recuento de las
reservas de petróleo y gas en la plataforma continental y lecho marino y del
potencial de desarrollo que existe. Se propone un modelo de gestión para
integrar a la industria petrolera actualmente dividida y una administración honesta,
con eficacia y eficiencia. Se propone el rescate de la investigación para la innovación
y creación de tecnologías mediante el Instituto Mexicano del Petróleo y el
Instituto de Investigaciones Eléctrica en colaboración con el Consejo Nacional
de Ciencia y Tecnología y las universidades y instituciones de educación
superior nacionales y de los estados.
En estos días se ha hecho pública la
propuesta del gobierno federal de modificar la Constitución en sus artículos 27
y 28 para permitir ceder a empresas privadas lugar en las industrias petrolera
y eléctrica. Se ha intensificado una campaña en los medios para convencer a los
mexicanos que esa es la única forma para desarrollar la expansión de la
industria energética nacional. Se está recurriendo al engaño sistemático y
continúo. Este libro permite conocer los porqués de esa propuesta, que supeditaría
los intereses de México a los de la geopolítica de los EE UU, que tampoco
corresponden a los del pueblo norteamericano, y a los intereses de los propietarios
de las empresas petroleras de ese país.
Este libro de puede leer en línea y obtener una copia en: dominiociudadano.org
Su
lectura permite entender la situación de la industria petrolera mexicana y la
red de intereses -extranjeros y nacionales- para su privatización. Lo que hay
que impedir, ya que los hidrocarburos pertenecen a la Nación, a todos los
mexicanos.
Y de allí copio el apéndice que se refiere
a la industria eléctrica:
Mensaje del ingeniero José Luis Apodaca Villarreal
al director general de la Comisión Federal de Electricidad
La privatización transnacional y
anticonstitucional de la electricidad, es la causa de la política de
encarecimiento de las tarifas, con grave perjuicio para los usuarios mexicanos
y la competitividad económica de la nación. A continuación, se reproduce el
mensaje al nuevo director de la CFE del Ingeniero José Luis Apodaca Villarreal,
que concisa y precisamente, demuestra el grave perjuicio para todos los
mexicanos, como consecuencia de la privatización transnacional de la electricidad.(158)
―Los mexicanos estamos conscientes de que
la mayor parte de la infraestructura eléctrica es patrimonio nacional y está
bajo la responsabilidad de la Comisión Federal de Electricidad, una entidad
paraestatal que se ostenta como una empresa de clase mundial. La Constitución
establece que en el suministro del servicio público de electricidad no se
otorgarán concesiones a las empresas privadas.
El Sistema Interconectado Nacional posee
cierto grado de robustez, con plantas generadoras, líneas de transmisión y
redes de distribución que —durante muchas décadas— han sido eficazmente
planeadas y ejecutadas. Esto le permite operar confiablemente, a costos
competitivos y mantener una cobertura de suministro para el 97 por ciento de
los mexicanos.
La producción nacional de electricidad está
diversificada en sus fuentes primarias de energía: la CFE dispone de plantas
generadoras hidroeléctricas, nuclear y geotérmicas,
que producen un 20 por ciento de la electricidad anual; plantas de carbón para
el 10 por ciento; otras que utilizan combustóleo o gas natural y aportan un 36
por ciento; y un bloque de electricidad del 34 por ciento, que es ―maquilado‖ por empresas
extranjeras, a las que la CFE les proporciona el gas natural y les cubre el costo
de la inversión de sus plantas, bajo el muy caro esquema de financiamiento denominado
Pidiregas. También existe producción privada en un 7 por ciento y autoabastecimiento
remoto (venta disfrazada de productores extranjeros), que yaalcanza un 5 por
ciento de energía adicional.(159)
La expansión del sistema de transmisión y
subtransmisión en los tres últimos lustros se ha financiado también a largo
plazo bajo el esquema Pidiregas, con tasas de descuento en dólares al 10 por
ciento anual. Además del encarecimiento que implica este esquema,
desaparecieron cientos de empresas mexicanas medianas que realizaban contratos
de obra pequeños, ante la embestida de grandes consorcios de construcción extranjeros.
Las redes de distribución son aportadas
gratuitamente a la CFE por los nuevos fraccionamientos, bajo diseños y normas
de construcción proporcionados por la paraestatal, implicando una inversión
equiparable en monto con la que corresponde al sistema de generación.
Los gastos efectuados por CFE durante 2011
fueron de 231 miles de millones de pesos (MMP): 128 MMP en energéticos
primarios; 40 MMP en sueldos de 97 miles de trabajadores; 18 MMP para 36 miles
de jubilados; 28 MMP en cargos fijos de inversiones pidiregas; y 17 MMP en gastos
generales. Los ingresos por ventas fueron de 292 MMP, para lograr un remanente
de operación de 61 MMP. El impuesto de aprovechamiento (57 MMP), el cargo por
pasivo laboral (53 MMP) y la depreciación (28 MMP), absorben el remanente y
crean un ―subsidio‖ importante en las tarifas (83 MMP).
Existen varias áreas de oportunidad para
obtener sustentabilidad de la CFE, mayor competitividad del sistema eléctrico
nacional, aplicar tarifas justas y reducir riesgos de encarecimiento de la
energía:
1. En el año 2011 las pérdidas de energía
no técnicas (robos de energía) significaron 24 Terawatthoras (1012) (e implican
montos de 35 miles de millones de pesos no facturados por año. Contrariamente a
lo que pudiera pensarse no son las áreas populares marginadas las que más
inciden en el monto de estos robos: son miles de empresas pequeñas y medianas,
y usuarios de áreas residenciales. Los trabajadores activos y jubilados de CFE
(133 miles) debieran involucrarse para eliminar los robos de energía, y obtener
así los recursos futuros que se requieren para sus jubilaciones.
2. A diciembre de 2011 CFE ha recibido
financiamientos Pidiregas para la expansión de la generación y la transmisión
por 230 miles de millones de pesos (MMP), que implicarán un pago de 28 MMP
anuales durante 25 años. Además se ha propiciado una sobreinversión, porque CFE
ha planificado la expansión a largo plazo pronosticando tasas de crecimiento
anual de las ventas de 5 por ciento, siendo que en la última década la tasa
histórica es de 2 por ciento. El costo futuro de inversión para la expansión
del sistema eléctrico nacional podría reducirse hasta en un 60 por ciento, si
se ajustan las tasas de crecimiento y se obtienen financiamientos a una tasa
anual de descuento del 5 por ciento.(160) El gas natural se ha mantenido a precio bajo durante los
últimos cuatro años, llegando a costar la mitad respecto del año 2008. Para el
combustóleo, el gobierno federal ha multiplicado por tres el precio del año
2007. Y el carbón nacional se mantiene permanentemente más bajo que el resto de
los combustibles. Durante 2011, el 50 por ciento de la electricidad se generó
con gas natural, 10 por ciento con carbón y 16 por ciento con combustóleo. En este último rubro, la CFE le transfiere
a Pemex 56 MMP más que si se generara con gas natural. Aun así el costo medio
de toda la generación de CFE se conserva en 0.55 $/KWH. Independientemente de la gran
producción de shale gas en la Unión Americana, el gas natural no puede
permanecer en el norte del continente americano por mucho tiempo cinco veces
más barato que el petróleo.
3. La política mexicana de extrema
dependencia del gas natural que incluye importación de gas licuado presenta
riesgos importantes de encarecimiento, porque en Europa vale cuatro veces más
que en América, y los contratos que la CFE tiene en Manzanillo con Repsol no
han cumplido las entregas pactadas. Si a la CFE le incrementan el precio del
gas al nivel europeo, el costo de generación aumentaría en 120 MMP y los
precios medios de la electricidad en 40 por ciento.
4. La generación con carbón nacional,
además de contribuir a nuestra independencia energética, resultaría bastante
más barata, utilizando sistemas anticontaminantes y tecnologías modernas de
turbinas de vapor ultra-supercríticas. Existen reservas de este combustible en
la región de Sabinas, Coahuila, para operar 12,000 Megawatts durante treinta
años. No hay justificación para haber evadido una política agresiva para
invertir en esta opción desde hace doce años, en que consistentemente el carbón
ha sido más barato que el resto de los combustibles.
La importación de carbón, si se hacen
negociaciones oportunas a largo plazo, es también una opción barata (La Unión
Americana genera el 50 por ciento de su electricidad con carbón y un 25 por
ciento con plantas nucleares).
5. Se ha desarrollado un mercado de
electricidad paralelo al de la CFE, con el esquema de producción de
electricidad privada denominado autoabastecimiento remoto, que es una venta
disfrazada de las empresas extranjeras a sus asociados. Se produce electricidad
en un punto y se entrega en cualquier lugar de la república mexicana, utilizando
el sistema interconectado nacional. Ambos se benefician de una transferencia que les hace la CFE, de los gastos en
transmisión y distribución en que incurre la paraestatal y que no se cobran en
su totalidad. La CFE subsidió el año pasado con 7.3 MMP este esquema de venta.(161)
6. El potencial de producción de
electricidad eólica en México es de 12,000
Megawatts con costo final de 0.58 $/KWH si
la inversión la hace directamente la CFE.
La sinergia que ofrecen, la capacidad
instalada en plantas termoeléctricas ya amortizadas para respaldar la eólica,
la disponibilidad hidroeléctrica y el sistema interconectado nacional,
conjuntamente con la diversidad estacional de vientos y lluvias, dan
oportunidad para un proyecto ecológico magno. Actualmente, el precio del
combustóleo incide en un costo de generación de 2.00 $/KWH que cuadruplica el que
corresponde a la generación eólica. Podría obtenerse un ahorro potencial de 50 MMP
por año para 12,000 Megawatts eólicos.
La opción que realiza el gobierno federal
es autoabastecimiento remoto con productores privados y tienen autorizados para
el 2015 más de 2,000 Megawatts eólicos, con lo que las trasnacionales y sus
asociados obtendrán ganancias importantes a costa de la CFE. Para el caso
particular del estado de Chiapas, que contrató el suministro del alumbrado
público con un productor privado, el Grupo Salinas se gana 1.00$/KWH.
7. La exportación de electricidad a la
Unión Americana, que debiera atender la CFE para beneficio de México, es una
rentable concesión otorgada a los inversionistas extranjeros. Se otorgaron
permisos para producir 24 TWH y se han construido terminales en México para
manejar gas natural licuado sin riesgos para los americanos que permitirá incrementar
la exportación que hasta ahora se ha limitado a 1.2 TWH con una ganancia para
los productores privados de 1,000 millones de pesos. 8. En los últimos 12 años
CFE ha incurrido en distorsiones para algunas tarifas, que implican sobre
cobros y subsidios cruzados. Para demostrar esta situación, vamos a utilizar como
referencia de comparación la tarifa horaria de media tensión (HM), que no tiene
subsidios y se le aplican todos los costos reales en que incide la CFE.(162)
La tarifa de alto consumo para uso
doméstico denominada DAC, que aplica para medio millón de usuarios, implica un
sobre costo para ellos de 5 MMP, porque presenta un precio medio de 3.50 $/KWH
que multiplica por 2.5 veces la tarifa HM (1.40 $/KWH).(163) Lo más contradictorio es que los usuarios
DAC pagaron la red de distribución secundaria y el transformador que les
alimenta, y los costos de operación y mantenimiento son mínimos. Esto significa
que la tarifa DAC debiera ser muy similar a la HM. Para llegar al extremo de la
inconsistencia, la CFE les permite a estos usuarios instalar una subestación y
les aplica la tarifa HM. (164)
La tarifa para alumbrado público promedia
un costo nacional de 2.35 $/KWH, y tampoco tiene razón de ser, porque para el
sistema de distribución de la CFE su aplicación es igual que los usuarios de la
tarifa HM, porque los municipios o los nuevos fraccionamientos aportan los
transformadores de distribución. Sin embargo, presenta un cobro en exceso de 67
por ciento (esta política tarifaria hace a los municipios presa de las
trasnacionales que les aplican el autoabastecimiento remoto).
Sr. Director: es todo un reto para una
empresa de clase mundial fundamentar que aplica 83 MMP anuales en subsidios, si
presenta tantas áreas de oportunidad: permite el robo de energía por 35 MMP;
genera con combustóleo y gasta 56 MMP más que si utilizara gas natural; (165) paga en exceso por financiamientos Pidiregas 12 MMP; no ha aprovechado
los recursos carboníferos y eólicos nacionales para reducir radicalmente el
costo de generación en 70 MMP; y además subsidia a empresas extranjeras en la venta
de energía para autoabastecimiento remoto con 7 MMP‖.
Notas:
158 Apodaca, marzo de 2013.
159 La reforma energética propuesta por
Ernesto Zedillo y Luis Téllez en 1999 pretendía generalizar este esquema para
todas las empresas grandes y medianas del país: amenazaban con que, de no
hacerse, iba a presentarse crisis de desabasto en México, lo cual por supuesto
no ocurrió.
160 La CFE tiene un programa de retiros de
11,000 Megawatts (106)de plantas termoeléctricas, con la justificación de que
superan 25 años en operación. En Estados Unidos, su pool de plantas supera una media
de 45 años en operación.
161 A la CFE le costó en 2011 un promedio
de 0.47 $/KWH generar energía con productores independientes, y la tarifa HM
tiene un precio medio de 1.40 $/KWH. La diferencia en costos que se cobra a un
usuario en tarifa horaria de media tensión, es por los gastos de inversión,
operación y mantenimiento de los sistemas de transmisión y distribución. ¿Por
qué se cobra en autoabastecimiento remoto solamente un costo de porteo de 0.20
$/KWH? Los perjudicados son finalmente todos los demás usuarios mexicanos que
ven incrementadas sus tarifas.
162 Contempla los gastos de inversión,
operación y mantenimiento de los sistemas de generación, transmisión y
distribución, además de los gastos de medición, facturación y cobranza.
163 Este costo de la electricidad, que es
de los más caros del mundo, permite que florezca un negocio de autogeneración
con celdas solares, cuyo precio es de 5,000 dólares por Kilowatt instalado.
164 Desde la perspectiva del costo social,
resulta absurdo que se dupliquen instalaciones en la red de distribución,
porque queda ociosa la capacidad ya pagada por el usuario.
165 A Pemex le cuesta diez dólares extraer
un barril de crudo y vende a la CFE el combustóleo a cien dólares cada barril.
Título: Estrategia urgente en defensa de la
nación, política energética para que México sea potencia económica en el siglo
XXI
Autores: Alberto Montoya Martín del Campo,
Rosío Vargas Suárez, Heberto Barrios Castillo, Francisco Garaicochea Petrirena,
Gonzalo Núñez González y Manuel Bartlett Díaz –coordinador-
Edición de los autores con apoyo para la
impresión del Partido del Trabajo, mayo de 2013.
El sábado 10 de agosto de 2013, el Movimiento Regeneración Nacional ofreció una charla del ingeniero Hberto Barrios Castillo, uno de los autores de este libro, en el Parque Morelos de Oaxaca de Juárez.
Ahí obtuve un ejemplar y el autógrafo:
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