-Entonces
–dijo-, lo primero que un escritor debe escribir son sus memorias, cuando
todavía se acuerda de todo.
La expresión contundente la atribuye
Gabriel García Márquez a El Cuqui, un niño de seis años. Y es uno de los muchos
recuerdos que el célebre escritor comparte con sus lectores en su extenso libro
de memorias.
Penurias. Algunas, las más, en mudanzas en
los pueblos del caribe colombiano va retratando el autor al compartir su años
de juventud. Incluye sus estancias en la capital colombiana -Bogotá- con su
clima de llovizna y niebla, con frio que requiere de sus residentes el uso de
abrigo de manera frecuente. Los viajes de un pueblo a otro y de una ciudad a
otra transcurren en el río a bordo de barcos de vapor. Son esos mismos barcos
que surcan aguas oscuras y en los que se trasladan sus personajes de novelas.
También el ferrocarril es su medio de transporte. Y su medio de comunicación
más rápido es el telégrafo, de la misma manera que se comunicaban su padre y su
madre cuando fueron separados por la familia de su madre para evitar que el
telegrafista la pretendiera. Y de esas vivencias familiares, de las que él se va
enterando y va guardando en su enorme baúl de recuerdos, es de donde se proveerá
para sus narraciones en varias de sus obras.
En su juventud, su madre recurre a él para
que lo acompañe al pueblo donde nació para vender la casa. Esa misma casa que
fue de sus abuelos y donde tantas vivencias compartió con su abuelo, padre de
su madre, y donde aprendió tantas y tantas cosas de la vida caribeña.
Estudiante de la Universidad de manera
forzada para tratar de complacer al padre que siempre deseó que él fuera un
gran abogado. Abandonó las aulas universitarias por seguir su gran propósito:
hacerse periodista. Y lo logró.
Su primera publicación en un diario
bogotano es un cuento, cuando era estudiante universitario. Así inicia su larga
e intensa carrera literaria. Su primera novela fue llevada a España para su
edición inicial. La traducción al español peninsular hace que ésta pierda la
calidez caribeña y él la desconoce. Así su primera edición fue posterior. Es un
autor de gran temple.
A la vez que sus años infantiles y luego
juveniles García Márquez va relatando la vida de su país. La disputa entre
conservadores y liberales. Fue testigo del Bogotazo -9 de abril de 1948- que
marcó un hito en la historia de Colombia. Él vió esos hechos de violencia
extrema que siguieron al asesinado del líder liberal Jorge Eliécer Gaytán.
Tanto lo marcó esa racha de violencia que salió de Bogotá. Este hecho es
evocado varias veces en su texto, como un parte aguas en la historia de su país
de origen en el siglo XX.
Narra vivencias con sus amigos, entre los
que destaca Álvaro Mutis. Y las mujeres que estuvieron con él en algún momento
de su vida. Una vida intensa que el compartió con Mercedes Barcha, también
caribeña como él.
Leer este libro de memorias es leer un
compendio de su obra literaria. Sus extensas y hermosas novelas y sus
documentados reportajes.
Se agradece a Gabriel García Márquez este libro
y toda su obra. Él que tuvo una vida intensa que inició en Aracataca y concluyó
en la ciudad de México y la vivió para contarla. Y después de muerto e
incinerado hizo que volaran miles de mariposas amarillas frente al gran Palacio
de las Bellas Artes.
Título: Vivir para contarla
Autor: Gabriel García Márquez
Editorial: Diana
Edición: Primera, octubre de 2002.
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