Al norte del río que los mexicanos
identificamos como Bravo está el territorio que formó parte de la Nueva España y
luego México, identificado como Tejas o Texas. Este territorio tenía poca
población prehispánica y novohispana, mediante permisos, los anglosajones
ocuparon tierras en ese territorio. Luego se sintieron fuertes y guerra de por
medio proclamaron la República de Texas, cuya independencia México reconoció al
ser derrotado el ejercito que encabezaba el general Antonio López de Santaana.
Años más tarde Estados Unidos invade México y le arrebata otra gran parte de su
territorio. Así México es despojado de los territorios de California, Nuevo
México, Arizona y parte de Nevada. Junto con Texas quedan incorporados a los EE
UU. La autora de esta novela, Carmen Boullosa, nos va describiendo mediante
postales la vida cotidiana en la frontera entre Texas y Tamaulipas a mediados
del siglo XIX.
La autora recrea dos ciudades a ambas
riberas del río Bravo, al norte Bruneville
y al sur Matasánchez. Bueno, la primera un pueblo incipiente y la segunda una
ciudad que ha crecido desde la época novohispana. En ambos lados de la frontera
suceden acontecimientos que las mantienen unidas y separadas. De un lado a otro
de la frontera se viaja por lanchones y un remolcador para grandes cargas, mercancías
y ganado.
Del lado norte el pueblo es habitado por
migrantes anglosajones, alemanes y afroamericanos. Los indios –también migrantes
y descendientes de aquellos que cruzaron desde Asia por el estrecho de Bering-
llevan y van por mercaderías: cueros curtidos, tejidos de algodón y más.
El pueblo de Bruneville es fundado en lo que fueron terrenos de un rancho cuya
propietaria es mexicana. Ellas y sus hijos son poseedores de grandes
extensiones de tierra y ganado. Uno de esos hijos tiene un día un altercado con
el recién nombrado sherif, lo hiere
de un balazo y huye. En la huida se lleva ganado y lo siguen vaqueros. Pasa el
río en el transbordador y se refugia en un sitio cercano al sur del río. Allí
establece lo que será su cuartel al que van llegando tipos mexicanos, indios y
algunos blancos. El héroe es Nepomuceno –en memoria de Juan Nepomuceno Cortina
(1824-1894)- quien proclama la defensa
de los mexicanos residentes en Texas, identificándolos como La Raza. Invaden Bruneville y salen. Vuelven a invadir.
Al sur del río, en Matasánchez hay alerta
ante lo que sucede del otro lado del río. Llegan enviados del gobierno federal.
Mediante una celada detienen a Nepomuceno, lo trasladan por mar a Veracruz y de
ahí a la Capital, donde queda preso. Sale de la cárcel y se le atribuye haberse
unido a los gringos del norte en contra de los sureños en la llamada guerra
civil norteamericana. También se le atribuye haber apoyado a Juárez y a Díaz en
sus respectivos tiempos.
Esta obra permite un acercamiento a la vida
cotidiana en lo que fue territorio mexicano al norte del río Bravo. En palabras
de Nepomuceno, la autora define la apropiación de ese territorio como un hurto.
Uno de los grandes robos de la historia.
Al final la autora devela el artificio: Bruneville
y Matasánchez son, respectivamente Brownsville
y Matamoros, inmediatas al Golfo de México. No conozco ninguna de esas dos
ciudades. Por medio de esta novela viaje a ambas a mediados del siglo antepasado.
Hace pocas semanas una noche de insomnio me
encontré en la televisión una película sobre este mismo tema, el apoderamiento
de las tierras de mexicanos en Tejas. La cinta se llama Propiedad ajena.
La herida del gran robo de Tejas por los
gringos parece que ha cicatrizado, pero no se olvida.
Título: Texas
Autora: Carmen Boullosa
Editorial: Alfaguara
Edición: Primera, enero de 2013.
Entrevista a Carmen Boullosa en Arte Fuera, Rompeviento TV:
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