martes, octubre 29, 2013

La rosa blanca




Una historia real o supuesta, o parte y parte, que transcurre en la región huasteca de Veracruz, donde se enfrentan dos modos de entender qué es la tierra: la que provee de todo y por lo tanto no se puede vender; y la que la utiliza como fuente se explotación del subsuelo para extraer petróleo. Una cosmovisión ancestral que cultiva y una visión moderna que arrasa. Esta es la novela del petróleo que escribió el narrador alemán B. Traven.

El autor se refiere a la República sin mencionar que se refiere a la mexicana. Describe la forma de operar de las compañías petroleras inglesas y norteamericanas en las primeras décadas del siglo XX. En particular se refiere a una de ellas, la Condor Oil Company. Y a una comunidad de indígenas que habitan una extensión de tierra muy aptas para el cultivo y la crianza de ganado. El autor la llama hacienda -Rosa Blanca-, aunque distinta de las que prevalecieron hasta lo que en México se conoce como porfirismo.

En una serie de diálogos entre un representante de la compañía petrolera y el dueño de la hacienda, el autor va marcando los contrastes del pensamiento de las culturas que ambos personajes representan. Por un lado el interés de la explotación del petróleo del subsuelo para generar riqueza económica a los dueños de la compañía petrolera. Por el otro la perseverancia de los dueños, herederos de esas tierras de generación en generación, en preservarlas para las siguientes generaciones y utilizar para el cultivo de semillas y frutos para su alimentación y la crianza de animales para su apoyo en el trabajo y también para su comida.

No hay transacción posible entre las dos visiones sobre la tierra. Quien representa a los que la posen no cede a las tentaciones del dinero, aún del mismo oro. No venden. Fracasa un emisario de los capitalistas y fracasa otro. La tierra no la pueden comprar.

Del otro lado de la frontera, al norte, sucede la vida de manera distinta. El autor hace emblemática la forma de acumular riqueza por medio de la especulación. El instrumento para ello es la bolsa de valores, cuyas transacciones son cual casino de juegos. Describe en varios capítulos de manera pormenorizada la simulación de condiciones del mercado para crear crisis. Manipulación de huelgas. Ascenso y descenso del costo de materias primas básicas para la industria. Simulación de escases mediante el acaparamiento para crear el caos. Beneficios millonarios al aprovechar la elevación de precios después de la escases simulada. La esencia del capitalismo especulativo. Y la ganancia súbita y desproporcionada.

La vida en el capitalismo especulativo va borrando rasgos de humanidad en los hombres que la protagonizan. Para ellos lo primordial y único es el negocio, las máximas utilidades en el menor plazo. Y para lograrlo no importa el camino, la ganancia lo justifica.

Esa avaricia sin límite llega al crimen. El dueño de la hacienda de la Huasteca es llevado con promesas falsas al terreno de los capitalistas. Se le asesina sin piedad. Se suplanta su nombre y voluntad. Se formulan documentos que simulan la venta y compra de la hacienda. Se hacen tantos y cuantos protocolos con los documentos, incluidos los necesarios en la capital veracruzana.

El gobernador del estado y el cónsul mexicano sospechan de una trampa en las operaciones. No tiene pruebas, solo indicios. Por otra parte el diputado y despachos de abogados operan a favor de la compañía petrolera. Ésta ocupa las tierras. Los dueños legítimos son desalojados. Y se inicia la extracción del petróleo del subsuelo. Miles y miles de barriles fluyen y luego son trasladados en barcos a sus destinos de uso.

La vida de los antiguos labriegos se va transformando. El espejismo del dinero inmediato los deslumbra. El capitalismo se va imponiendo. La tierra, la naturaleza, se van destruyendo. Luego serán paramos infértiles.

Una novela que retrata una época de México. La época de la explotación del subsuelo y la generación de miseria entre los dueños originales de la tierra. Un acercamiento a dos formas contrastantes de visión y uso de la tierra. Un libro para entender qué ocurrió y cómo fue México hace menos de un siglo.


Título original: Die weisse rose
Título: La rosa blanca
Autor: B. Traven
Traductora del inglés: Esperanza López Mateos
Editorial: Compañía General de Ediciones
Edición: Cuarta, enero de 1967.


lunes, octubre 14, 2013

Hijos del Águila



La margen izquierda del caudaloso río Coatzacoalcos, que va serpenteando entre llanura y pantanos es el escenario de este relato que describe cómo se forjó en esa región, que pasó de pesquera, agrícola y ganadera a emporio de la industria petrolera, la organización sindical de los trabajadores del petróleo, empleados de la compañía El Águila. En cinco capítulos que van de 1936 a 1938 Gerardo de la Torre nos narra las vivencias de algunos obreros, además de sus relaciones familiares en medio del inmenso calor tropical.

La instalación de la refinería de petróleo transformó el paisaje, el ambiente y las relaciones socioeconómicas en Minatitlán –sur de Veracruz y parte del Istmo de Tehuantepec-. Se fue forjando una nueva clase social, distinta de los pescadores y campesinos, así como de la pequeña burguesía de comerciantes y poseedores de ranchos ganaderos. Esta nueva clase la fueron integrando los obreros del petróleo –mecánicos, paileros, soldadores, electricistas, y de otras especialidades-, todos ellos empleados de El Águila, una de las compañías que explotaban el petróleo que extraían del subsuelo en esa región –Agua Dulce, Las Choapas, Cuichapa-.

El lugar de reunión de esta nueva clase social eran las fondas y cantinas, algunas de ellas equipadas con alguna mesa de billar. Ahí se contaban sus confidencias, algunas intimas y también ahí se discutía el futuro de las relaciones entre la gran empresa petrolera y ellos, sus trabajadores. Es así como se va forjando la camaradería que va cohesionando la incipiente organización sindical.


Una primera prueba de la naciente organización sindical, ya unida nacionalmente con los trabajadores de otras regiones, principalmente de la Huasteca, fue el paro de labores de 1936. Una prueba de que el naciente sindicato nacional tenía fuerza y por lo tanto la representatividad de los trabajadores. Esa primera demostración obligó a las empresas petroleras a negociar condiciones de trabajo y remuneración para todos los trabajadores petroleros del país. Después de esa primera demostración de poder obrero viene un receso que a muchos les pareció claudicación. La vida seguía. Y para pasar la vida había que compartirla en las conversaciones en la cantina, saboreando cervezas.

Se sucede el arbitraje del gobierno federal cuyo dictamen no aceptan las empresas petroleras. Viene el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que tampoco aceptan. Tratan de chantajear al gobierno. El Presidente General Lázaro Cárdenas decide y anuncia la expropiación. El Estado Mexicano asume el control directo de la industria petrolera y recupera la soberanía que era pisoteada por las compañías extranjeras. Se marca un hito en la historia nacional.

La vida de los obreros sigue. Su nuevo patrón es el Estado Mexicano. Y la industria petrolera es de todos los mexicanos.



Título: Los hijos del Águila
Autor: Gerardo de la Torre
Editorial: El Juglar Editores

Edición: Primera, octubre de 1989.

jueves, octubre 10, 2013

El don de la vida

Alumbramiento en el jardín del centro de salud de Jalapa de Díaz, Oaxaca


La frontera, el límite de la vida, el fin de la vida, los recuerdos de la vida y más constituyen la narrativa de Fernando Vallejo en esta novela. Como se pasa la vida en los últimos años, meses y días, en Medellín, después de los múltiples cambios que ha tenido esta ciudad colombiana.

El dialogo de un viejo platicándole a otro –en una banca de un parque- sus recuerdos de lo vivido. Y lo vivido es singular, ya que esa vida ha sido distinta de la regularidad. Un senecto recordando sus conquistas de jovencitos para sus amoríos pasionales o simplemente la relación homosexual a cambio de dinero u otras dadivas.

Un recorrido por el paisaje que ya no está y que añora. El recuento de los ranchos que estuvieron antes de las urbanizaciones y sus dueños. La transformación de lo rural a lo pretendidamente cosmopolita. Los lugares de la vida que cambian sin moverse.

El estilo narrativo de Vallejo en esta novela se puede asemejar a un hilo de pensamiento continuo y variante. Como se va dando el pensamiento humano. Y de sueños que muestran situaciones cambiantes de tiempo y lugar.

Los personajes poseedores de millones de recuerdos. Y de añoranzas de lo que fue y vivieron. También de lo que imaginaron.

Y el registro de los muertos. Finalmente se entiende el don de la vida cuando ésta llega a su límite: la muerte.

Un libro ágil de leer. Y hay que seguir leyendo hasta el límite de la vida.


Título: El don de la vida
Autor: Fernando Vallejo
Editorial: Alfaguara

Edición: Primera, marzo de 2010.