viernes, agosto 31, 2012

Biblioteca Juan de Córdova



La semana pasada recorrí el recién restaurado ex convento de San Pablo en el centro histórico de Oaxaca de Juárez. En una ala del segundo piso del inmueble de la época novo hispana está instalada la biblioteca Juan de Córdova. Su acervo lo constituyen dos lotes de donaciones de estudiosos de la cultura y creadores: 6 mil tomos fueron donados por John Paddock  -estoy confiando en mi memoria- sobre temas de historia, lenguas y más de las culturas de meso américa; y mil por el artista plástico Francisco Toledo, éstos sobre arte textil.



En altos libreros están alojadas las colecciones. Para incrementar el espacio de la sala de lectura está adaptada al edificio una extensión que hace sentir al estar ahí como si se estuviese en una vitrina interior. Una biblioteca que está esperando lectores.









miércoles, agosto 29, 2012

San Pablo

2500 años de tesoros



¿Qué tesoros y sorpresas guardan las casonas y edificaciones de una ciudad que tiene tal título desde hace 480 años? y ¿qué tesoros ya estaban cuando se fundó? Sin duda que son muchos y algunos quizá nunca se conozcan. Este libro escrito por María Isabel Grañén Porrúa, de estirpe ligada a la creación de libros, describe en un lenguaje infantil –para niños que han empezado a leer y hasta todos los años- como se fue remozando el Ex Convento de San Pablo en el centro histórico de Oaxaca de Juárez.

Se removieron toneladas de materiales para dejar al descubierto parte de lo que fue  el primer convento de los dominicos de la antigua Villa Segura de la Frontera, luego Antequera y Oaxaca, nombre que perdura con el apellido de Juárez. Se abrió el callejón similar al original para partir en dos la manzana que forman las calles de Independencia, Armenta y López, Hidalgo y Fiallo. Ahora se puede caminar por ese callejón y mirar la fachada de lo que fue el templo, las gruesas paredes de cantera verde –verde que le da adjetivo a la Verde Antequera, que cuando se moja por la lluvia, como ha ocurrido estos días, se ve en un tono de jade-. Se puede entrar al restaurado inmueble.

El predio del ex convento abarcaba al menos dos manzanas actuales. En el siglo XIX la autoridad municipal abrió la calle de Fiallo, para ello el inmueble fue cortado de tajo, incluido el templo. La fachada neoclásica que tuvo a esa calle todo el siglo XX no era original y fue sustituida por un muro de cantera totalmente plano, como si mostrara que el corte fue de tajo.

Una parte del edificio es de tres plantas, con arcos y patio central. Otra es la parte del templo, convertida en ludoteca para regocijo y lugar de lectura para infantes desde que inician a leer y hasta que el cuerpo aguante. La tercera es la capilla de dedicada a la Virgen del Rosario. En ésta se exhibe un retablo que data de 1761 y que fue traído del pueblo de Zoochixtepec –Sierra Norte- donde fue reemplazado por otro más reciente. Todo lo dorado es laminilla de oro y lo que brilla más es lo repuesto en ausencia del original.

Nos dice la autora que además de los objetos hallados en las excavaciones y que datan de la época virreinal y del México independiente, se encontró un sepulcro zapoteca, cuyos restos óseos y de cerámica, al ser estudiados por expertos del INAH, indican que son de 500 años antes de Cristo. De ahí el título de 2500 años de tesoros.

Los antecedentes del edificio, cuando los dominicos llegaron al Valle de Oaxaca, son de 1529, sólo 8 años después de la caída de Tenochtitlán -13 de agosto de 1521-. En 1833 albergó una imprente municipal y en 1834 fue la primer sede del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca –ahí estudiaron Benito Juárez y Porfirio Díaz, el primero fue su director y el segundo fungió como bibliotecario-.

Una de las últimas utilizaciones que tuvo el edificio fue la Posada San Pablo y estacionamiento. Esa parte, ya remozada alberga ahora la Biblioteca Juan de Córdova, un restaurante, una cafetería y una galería.

Un edificio para entender parte de la historia local y nacional. Un libro muy bien presentado, con ilustraciones, que facilita el recorrido por 2500 años de historia.


Una historia personal

En parte de lo que fue el convento de San Pablo, la manzana limitada por las calles de Fiallo, Independencia, Juárez e Hidalgo, junto al jardín del mismo nombre está el Templo Presbiteriano San Pablo –protestante-. Mi abuelo Alfonso participó en la edificación de este Templo. A este Templo concurrían mis padres antes de conocerse y ahí se relacionaron, formaron parte del Coro David, ahí se casaron el 6 de enero de 1955.
Cuando era niño, a fines de los 60s del siglo XX, acudíamos al servicio religioso con mis abuelos. Del Templo salíamos y cruzábamos la calle de Fiallo a la paletería Popeye -mi abuelo invitaba- que estuvo en uno de los locales de la planta baja de lo que fue la Posada San Pablo. Desde entonces leí la placa que decía que ese edificio había sido sede el Instituto de Ciencias y Artes. Pasó el tiempo.
Cuando inicié la etapa de mi vida independiente por el matrimonio, ocupé por algunas semanas –sólo pasé ahí algunas noches- una pequeña suite de la Posada San Pablo. Pasó el tiempo.
La semana pasada recorrí el inmueble restaurado. Supe de los 2500 años de tesoros e historia de la edificación. Por un ventanal vi el jardín y el Templo de mi infancia. Y me encontré este interesante y hermoso libro

Templo Presbiteriano San Pablo, Fiallo 103


Título: San Pablo, 2500 años de tesoros
Autora: María Isabel Grañén Porrúa
Ilustraciones: Joao Boto Caeiro, Fulvio Capurso y Daniel Salud
Editorial: Fundación Alfredo Harp Helú
Edición: Segunda, febrero de 2012.

lunes, agosto 13, 2012

Personas




Reconocer en otras personas, amigos y maestros, sus enseñanzas a partir de la convivencia o del conocimiento de sus obras o de las clases recibidas es una forma de manifestar el aprecio por lo que los demás hacen por uno. Este libro reúne un conjunto de semblanzas, a manera de retratos, de personajes que de una u otra manera influyeron en Carlos Fuentes. El celebre escritor fallecido hace pocos meses.

Inicia con sus maestros de la Preparatoria y continúa con quienes le dieron clases en la Escuela de Jurisprudencia a mediados del siglo XX en la ciudad de México. Así desfilan varios de los más connotados intelectuales, maestros universitarios, inclusive algunos de los llegados con el exilio español a México.

Con ese lenguaje muy ágil que Fuentes había dejado de lado en sus penúltimos libros, éste es ameno a la lectura. Describe personas en una de sus facetas más interesantes, la de ser maestros. Luego ya se refiere a sus colegas escritores, que compartieron con él lo que se conoció como el boom latinoamericano.

No se limita a América Latina el conjunto de personas reconocidas por Fuentes. Hay europeos y norteamericanos. Un caso excepcional: la toma de posesión del Presidente Mitterrand en París en 1981. Describe a la multitud de ciudadanos franceses presenciando ese hito en la historia de Europa, en una caminata al lado de otros escritores tan prestigiados como él autor.

De los retratos – semblanzas de Fuentes también se aprende sobre la historia de México, de Europa, de Estados Unidos y Latinoamérica.

En sus últimas páginas se hace una semblanza especial al expresidente General Lázaro Cárdenas del Río, autor de la expropiación de la industria petrolera nacional, propiciador de la creación de organizaciones campesinas y obreras que con el tiempo fueron dominadas por personajes que las utilizaron para beneficio de sus particulares interés o de camarillas.

Carlos Fuentes al retratar a personajes de diversas disciplinas, lugares de origen e intereses, se retrata a si mismo. Finalmente cada individuo es lo que aprende de los demás. Y Fuentes aprendió de muchos que sabían mucho.


Título: Personas
Autor: Carlos Fuentes
Editorial: Alfaguara
Edición: Primera, abril de 2012.