miércoles, agosto 29, 2012

San Pablo

2500 años de tesoros



¿Qué tesoros y sorpresas guardan las casonas y edificaciones de una ciudad que tiene tal título desde hace 480 años? y ¿qué tesoros ya estaban cuando se fundó? Sin duda que son muchos y algunos quizá nunca se conozcan. Este libro escrito por María Isabel Grañén Porrúa, de estirpe ligada a la creación de libros, describe en un lenguaje infantil –para niños que han empezado a leer y hasta todos los años- como se fue remozando el Ex Convento de San Pablo en el centro histórico de Oaxaca de Juárez.

Se removieron toneladas de materiales para dejar al descubierto parte de lo que fue  el primer convento de los dominicos de la antigua Villa Segura de la Frontera, luego Antequera y Oaxaca, nombre que perdura con el apellido de Juárez. Se abrió el callejón similar al original para partir en dos la manzana que forman las calles de Independencia, Armenta y López, Hidalgo y Fiallo. Ahora se puede caminar por ese callejón y mirar la fachada de lo que fue el templo, las gruesas paredes de cantera verde –verde que le da adjetivo a la Verde Antequera, que cuando se moja por la lluvia, como ha ocurrido estos días, se ve en un tono de jade-. Se puede entrar al restaurado inmueble.

El predio del ex convento abarcaba al menos dos manzanas actuales. En el siglo XIX la autoridad municipal abrió la calle de Fiallo, para ello el inmueble fue cortado de tajo, incluido el templo. La fachada neoclásica que tuvo a esa calle todo el siglo XX no era original y fue sustituida por un muro de cantera totalmente plano, como si mostrara que el corte fue de tajo.

Una parte del edificio es de tres plantas, con arcos y patio central. Otra es la parte del templo, convertida en ludoteca para regocijo y lugar de lectura para infantes desde que inician a leer y hasta que el cuerpo aguante. La tercera es la capilla de dedicada a la Virgen del Rosario. En ésta se exhibe un retablo que data de 1761 y que fue traído del pueblo de Zoochixtepec –Sierra Norte- donde fue reemplazado por otro más reciente. Todo lo dorado es laminilla de oro y lo que brilla más es lo repuesto en ausencia del original.

Nos dice la autora que además de los objetos hallados en las excavaciones y que datan de la época virreinal y del México independiente, se encontró un sepulcro zapoteca, cuyos restos óseos y de cerámica, al ser estudiados por expertos del INAH, indican que son de 500 años antes de Cristo. De ahí el título de 2500 años de tesoros.

Los antecedentes del edificio, cuando los dominicos llegaron al Valle de Oaxaca, son de 1529, sólo 8 años después de la caída de Tenochtitlán -13 de agosto de 1521-. En 1833 albergó una imprente municipal y en 1834 fue la primer sede del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca –ahí estudiaron Benito Juárez y Porfirio Díaz, el primero fue su director y el segundo fungió como bibliotecario-.

Una de las últimas utilizaciones que tuvo el edificio fue la Posada San Pablo y estacionamiento. Esa parte, ya remozada alberga ahora la Biblioteca Juan de Córdova, un restaurante, una cafetería y una galería.

Un edificio para entender parte de la historia local y nacional. Un libro muy bien presentado, con ilustraciones, que facilita el recorrido por 2500 años de historia.


Una historia personal

En parte de lo que fue el convento de San Pablo, la manzana limitada por las calles de Fiallo, Independencia, Juárez e Hidalgo, junto al jardín del mismo nombre está el Templo Presbiteriano San Pablo –protestante-. Mi abuelo Alfonso participó en la edificación de este Templo. A este Templo concurrían mis padres antes de conocerse y ahí se relacionaron, formaron parte del Coro David, ahí se casaron el 6 de enero de 1955.
Cuando era niño, a fines de los 60s del siglo XX, acudíamos al servicio religioso con mis abuelos. Del Templo salíamos y cruzábamos la calle de Fiallo a la paletería Popeye -mi abuelo invitaba- que estuvo en uno de los locales de la planta baja de lo que fue la Posada San Pablo. Desde entonces leí la placa que decía que ese edificio había sido sede el Instituto de Ciencias y Artes. Pasó el tiempo.
Cuando inicié la etapa de mi vida independiente por el matrimonio, ocupé por algunas semanas –sólo pasé ahí algunas noches- una pequeña suite de la Posada San Pablo. Pasó el tiempo.
La semana pasada recorrí el inmueble restaurado. Supe de los 2500 años de tesoros e historia de la edificación. Por un ventanal vi el jardín y el Templo de mi infancia. Y me encontré este interesante y hermoso libro

Templo Presbiteriano San Pablo, Fiallo 103


Título: San Pablo, 2500 años de tesoros
Autora: María Isabel Grañén Porrúa
Ilustraciones: Joao Boto Caeiro, Fulvio Capurso y Daniel Salud
Editorial: Fundación Alfredo Harp Helú
Edición: Segunda, febrero de 2012.

1 comentario:

Camila dijo...

Debido a que he crecido en la ciudad de San Pablo en Brasil, me interesan las lecturas e historias relacionadas con dicho santo. Cada vez que puedo trato de conseguir Vuelos a San Pablo para disfrutar nuevamente de mis conocidos allí