domingo, octubre 28, 2007

La guerra sucia de 2006

Los medios y los jueces

Dos ensayos, uno sobre la actuación de los medios y quienes se valieron de ellos para hacer de la elección presidencial de 2006 un evento fraudulento y otro sobre la actuación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que validó la elección. Los autores son, respectivamente, Jenaro Villamil y Julio Sherer Ibarra.

El domingo anterior vi un documental titulado Los agraviados, del cineasta Felipe Casanova y otros creadores independientes, dedicado a quienes durante 2006 fueron burlados en su voto al elegir presidente de la república, a los defensores de sus tierras en Atenco y a los oaxaqueños que fueron reprimidos, algunos encarcelados y sentenciados a casi siete décadas de prisión y otros asesinados por las balas del poder, cuyos asesinos siguen impunes. Hace varias semanas terminé de leer este libro. Aporta datos y análisis sobre la elección presidencial de 2006.

El ensayo escrito por Villamil aborda la actuación de los medios y de los organismos empresariales. Éstos valiéndose de los primeros intervinieron, totalmente fuera de la ley, en la campaña electoral por la presidencia, su participación fue con anuncios en la televisión y la radio haciendo promoción del candidato de la derecha y llamando a no votar por el candidato de la izquierda, quien en las encuestas previas al día de la elección encabezaba las preferencias de los ciudadanos. La participación de esos organismos, violando la ley, y la forma en que lo hicieron, introdujeron elementos de inequidad en la contienda, indujeron temor en los ciudadanos que tienen a la televisión y la radio como sus únicas fuentes de información. Así indujeron el voto, un voto de miedo.

Sherer Ibarra, abogado, aborda la actuación del Tribunal Federal Electoral, órgano del estado encargado de calificar el proceso electoral. Analiza cada parte del dictamen de ese tribunal, su evaluación señalando que existieron irregularidades graves; como la del presidente en aquel año, Vicente Fox, que pusieron en riesgo la elección; la intervención de los organismos empresariales y su campaña sucia en los medios; la intervención ilegal del expremier español José María Aznar; todo ello lo identifica y señala pero no lo califica al minimizarlo. Omitiendo con ello cumplir con su deber de calificar el proceso electoral, para que éste fuera equitativo y con certeza. Otra irregularidad que señala, ésta extremadamente grave, es de tipo jurídico. El tribunal debió haber dictado una sentencia –la obligación de declarar el derecho, dice Sherer Ibarra- sobre el proceso y no lo hizo, lo que hizo fue un dictamen que equivale a emitir una opinión, no más. Por ello no se cumplió con el proceso electoral como lo marca el derecho y por lo tanto no existe en México presidente que ejerza tal cargo con la cobertura legal que establece la Constitución y las leyes. Tampoco tomó en cuenta el tribunal su propia jurisprudencia, que ya había aplicado en los casos de las elecciones para gobernador en los estados de Colima y Tabasco al declarar no validas las elecciones y sentenciar que se efectuaran nuevamente. Por ello en México millones de ciudadanos se sienten agraviados, porque no hubo en 2006 una elección que cumpliera los requisitos de equidad y certeza que establece la Constitución. Así queda para la historia.

Título: La guerra sucia de 2oo6, los medios y los jueces
Autores: Jenaro Villamil y Julio Sherer Ibarra
Editorial: Grijalbo
Edición: Primera, junio de 2007.

1 comentario:

Martha Avelina Rojas dijo...

La participación de los medios en la guerra sucia ha sido muy señalada por los pejistas, y el fraude electoral es más que sabido. Es por eso que en este sexenio el país tendrá que navergárselas con políticas disímiles que salen de las bocas de los siameses enemistados cuya pena es vivir percibiéndose el aliento, pegados a un mismo cuerpo: los panistas y los perredistas.
Un saludo amigo.