Escribir analíticamente del pasado propio, cuestionarlo inclusive, es el ejercicio que nos regala Sergio Pitol en su más reciente libro autobiográfico. Es puntual en fechas, lugares y circunstancias en que va haciendo el recorrido por parte de su pasado. Éste, de manera recurrente, nos va acercando a la formación del escritor que intentó ser poeta.
Una extensa formación de Pitol como escritor está en sus lecturas. Nos presenta a escritores de Europa Oriental y Occidental. Destaca sus lecturas de Jorge Luís Borges y Alfonso Reyes. De Reyes afirma: “El maestro –porque también lo era- concebía como una especie de apostolado compartir con su grey todo aquello que lo deleitaba. Fue un paciente y esperanzado pastor que se propuso, y en algunos casos lo logró, desasnar a varias generaciones de mexicanos”. Ya no mas orejas de burro. Reyes nos muestra el camino, andando.
De él mismo en su juventud dice: “Me pasma el joven que he sido. Me es casi imposible creer que aquel joven fuese este anciano que con esfuerzo recuerda un capítulo tan lejano de su vida”. Y así, nos relata sus vivencias juveniles en La Habana, en un sitio muy concreto, el restaurante más antiguo de Cuba: La Zaragozana, y otros sitios como el Barrio Chino de La Habana. Y la música y la danza contagiosas de los isleños.
Es una autobiografía breve e intensa. Son las andanzas de un hombre que llegó a la cima. Un escritor que para serlo leyó muchísimo antes y sigue leyendo. Es un crítico de si mismo. No fue dramaturgo como quería y lo intentó. Es un gran traductor, narrador y ensayista.
La semana pasada, el martes 1 de junio, tuve la oportunidad de saludarlo en el Foro de Política Económica y Marginación de la campaña a la gubernatura de Dante Delgado. Allí me enteré de la presentación de su Autobiografía. Sergio Pitol es congruente. De lo poco que me dijo fue su preocupación por la salud de su entrañable amigo Carlos Monsiváis, al recordarle las palabras que en nombre de ambos leyó Monsiváis el 16 de julio de 2006, en defensa de nuestros votos, en el Zócalo de la ciudad de México.
Es un privilegio que Sergio Pitol viva en Xalapa. Y ande con esa sencillez de los grandes como él.
Título: Una autobiografía soterrada
Autor: Sergio Pitol
Editorial: Almadía
Edición: Primera, abril de 2010.
1 comentario:
Efectivamente es un placer tenerlo en la tierra que habitamos.
Lindas fotos. Y tu reseña.
Abrazos.
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