martes, diciembre 30, 2014

La primavera del mal



La idea de primavera es la renovación de la vegetación o al menos de su follaje después del invierno. Hay otras formas de primavera. Esta novela histórica nos narra el estado en que se encontraba el cultivo de estupefacientes en México al iniciar la cuarta década del siglo XX y su desarrollo las siguientes dos décadas. Es pues la primavera de uno de los males que se forjaron en el siglo XX y trascienden con más gravedad la primera década del nuevo siglo y lo que va de la segunda. La autoría es del F. G. Haghenbeck.

Desde entonces fue la frontera la región del cultivo y el trasiego de las drogas para su paso al país vecino del norte. Ese país del que estamos imposibilitados de separarnos ha sido el de los consumidores de drogas y sus autoridades desde entonces han simulado combatir su comercio. Las dos ciudades son: el antiguo Paso del Norte, transformado en Ciudad Juárez, y Tijuana. En la primera los chinos que emigraron a fines del siglo XIX y principios del siglo XX y en la segunda los mismos gringos al establecer en sociedad con militares y políticos mexicanos el casino Agua Caliente.

En esos primeros años el negocio era de los chinos en sociedad con mexicanos. Al establecerse en nombre de la Revolución en el poder político los generales norteños y sus seguidores, entran al negocio coroneles y generales protegidos desde el poder central. Así desfilan en esta novela nombres como Abelardo L. Rodríguez, Maximino Ávila Camacho y un civil que fue identificado en esos tiempos como el Cachorro de la Revolución, hijo de general, abogado él, Miguel Alemán Valdés.

El autor refiere a un coronel tapatío que formó parte de la División del Norte. Este militar tuvo plantíos de marihuana en su natal Jalisco y asociado y protegido por los militares políticos del centro desplazó a los chinos de Juárez.

Abundante en anécdotas la novela describe una reunión de ese coronel con el general y gobernador de Puebla, Maximino Ávila Camacho, para acordar los términos de su asociación para el control del mercado y la exportación de sus productos. Se atribuye al general gobernador la posesión de grandes extensiones de tierras cultivadas de marihuana en Cholula.

Por su parte el gobierno federal mexicano por medio del secretario de salud trataba en esos tiempos de legalizar el uso de la marihuana y la atención médica de los adictos, tratándolos como enfermos y no como delincuentes drogadictos. Ganaron desde entonces los políticos de doble moral, impiden que deje de prohibirse porque se benefician económicamente del negocio ilícito.

Dese entonces también están en la escena mexicana los gringos por medio de sus agentes encubiertos para el combate aparente del tráfico de droga. Y también sus autoridades simulan con sus agencias de combate al narcotráfico y por otro lado toleran a los encumbrados que controlan el mercado de distribución entre la población adicta de ese país. El senador McCarthy es puesto en ridículo. Persigue a los supuestos contrabandistas y él mismo se adicto.

Esta novela pone de relieve que el tráfico de drogas en México, para el consumo interno, y Estados Unidos ha sido tolerado e incluso protegido desde lo más alto del poder político en ambos países. Las acciones para su combate son mera simulación, espectáculo para aparentar cumplimiento de la ley que ellos mismos se oponen a cambiar.

Una lectura para entender la raíz de una parte de la problemática presente en México, con su gran cauda crímenes y enriquecimiento ilícito.


Título: La primavera del mal
Autor: F. G. Haghenbeck
Editorial: Suma
Edición: Primera, mayo de 2013.

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