La matraca
Poca Patria en los fastuosos festejos del bicentenario del inicio de la guerra de Independencia de México. Mucho ruido: sonoro, visual, mediatico.
En un pequeño espacio de la sede del Congreso de Veracruz se inauguró hoy la exposición Mucho ruido y poca Patria de Salvador López . Con varias técnicas el artista nos va mostrando los cielos, las montañas, el suelo y el subsuelo de México, de Veracruz. Una constante: el rojo de la sangre, éste se desborda de los cuadros para llegar a los paneles y escurrirse hasta el piso. Es un retrato del México actual, de la realidad presente.
Del texto de presentación, escrito por Jahaciel Garcia Venegas, cito.
Salvador explora el mundo, mira en los recovecos, fija su atención en ese detalle diminuto capaz de albergar al universo entero (en esas mil formas caóticas o meros caprichos de la naturaleza) para dialogar con la luz, mientras que con el registro de sus descubrimientos y su imaginación desbordada por eso mismo que descubre, nos invita a abrir los sentidos a esos caleidoscopios infinitos, casi gritándonos que ya no sabemos mirar, que hemos enceguecido, que la indiferencia es una cárcel que empieza cuando el ojo ya no ve más allá de los miedos aprendidos y cuando la piel se esconde de cualquier roce.
Hace mucho tiempo que las artes plásticas dejaron de intentar ser una calca del mundo. Hoy un artista refleja en sus superficies el proceso que enfrenta a su conciencia con el mundo. “¡Mira!, ¡mira!” van gritando las pinceladas de Salvador López, mientras el conjunto de su pintura refleja la dolorosa cicatriz que se encarna en su conciencia: el tiempo pasa irremediable y con él un arrasante río de sangre testimonia todos aquellos daños colaterales que el humano va generando en su intento de hacerse del mundo. Duele, nos dice. Jode, testimonia. Podría ser diferente, anhela.
La pintura de Salvador López no es un canto de dolor. Es un movimiento de indignación creativa. Una afirmación de quien ha sido de muchas maneras testigo de bellezas inauditas, un hombre necio que nos dice que aún la sombra está poblada de colores, sorpresas, secretos. Observador locuaz, Salvador avanza por contrastes y en el arco que se tiende entre lo atroz y lo sublime, nos obsequia con su mirada inquisitiva. Nos advierte: la belleza no existe, existe el mundo. La belleza se aprende: se teje o desteje desde la conciencia.
Para la presetación de la exposición Salvador contó con el apoyo de la diputada xalapeña Dalia Pérez, que se distingió en la legislatura que está por concluir su ejercicio por su defensa de las demandas de las mujeres, aún votando en sentido distinto de la mayoría de su partido.
Durante la inauguración de la exposición Javier Cabrera interpretó música con instrumentos prehispánicos:
Entrevista a Salvador López de la televisión estatal de Veracruz:
1 comentario:
Pues me lo perdí.
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