El cambio de la conducta humana es sorprendente en algunos casos. Un hombre que se daba por muerto y que su hermano suponía vivo en algún lugar del mundo con una trayectoria dedicada a la música, resulta en un ser en la situación más primitiva. En su última etapa de vida, que son la mayor parte de sus muchos años, es prisionero y por su conducta le es permitido realizar actividades de apoyo a la comunidad. Es participe de la escenificación de un mito popular, él es el oso de la fiesta. Es tratado como un animal.
Jordi Soler nos ha narrado en sus dos novelas anteriores: Los rojos de ultramar y La última hora del último día, las vivencias de una familia de exiliados catalanes en una comunidad de la llanura selvática de Veracruz. Esta novela es la tercera en que aborda el tema de la vida de quienes salieron de España después de la Guerra Civil.
El protagonista –Oriol- es localizado por el rastreo que el autor hace de él a partir de una carta y una fotografía –frente de Aragón en 1937- que le es entregada por una desconocida al finalizar la presentación de su primer libro sobre los exiliados republicanos, en las cercanías de la playa donde estuvieron retenidos en condiciones deplorables por el gobierno francés. Sigue la pista y va descubriendo y asombrándose sobre la vida del ex soldado republicano que se suponía muerto en 1939. Se convierte, el personaje, en lo más distante de lo que fue, hasta llegar a un estado casi primitivo.
Con una narrativa intensa va despejando las incógnitas de lo sucedido al protagonista y de su salvador en Los Pirineos. Este segundo personaje, en su vida sencilla resulta de una nobleza extraordinaria, se dedicó a salvar a personas que huían de España, para evitar ser más afectadas por el franquismo, y luego a quienes huían de Francia afectadas por el nazismo.
El autor describe sus estados de ánimo al ir enterándose de cómo había vivido el protagonista, su tío abuelo. Va de la sorpresa a la repulsión.
Cada ser humano es responsable de su conducta, con excepción de los niños y quienes tienen discapacidades que lo justifiquen. ¿Qué tan responsable es el franquismo en la afectación de la conducta de quienes heridos salieron de España y sobrevivieron con la ayuda de otros seres humanos? Sí hubo alguna responsabilidad, ésta ya pasó. La memoria debe preservar la verdad de lo sucedido, para que no se repita en ningún lugar.
Título: La fiesta del oso
Autor: Jordi Soler
Editorial: Ramdon House Mondadori
Edición: Primera, noviembre de 2009
En este blog, sobre la Guerra Civil Española:
- Memorias de un mexicano en la Guerra Civil Española y otros recuerdos de Nestor Sánchez Hernández
- La última hora del último día de Jordi Soler
2 comentarios:
Sin memoria ni identidad el hombre no tiene sentido.
Un abrazo querido Eleonai.
M.
Yo lo quiero leer. Me encanto el Jordi.
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