martes, mayo 25, 2010

Cinco balas para Manuel Acuña


Esa era mi esperanza...
mas ya que a sus fulgores
se opone el hondo abismo
que existe entre los dos,
¡Adiós por la vez última,
amor de mis amores;
la luz de mis tinieblas,
la esencia de mis flores;
mi lira de poeta,
mi juventud, adiós!


Así concluye el poema Nocturno a Rosario escrito por Manuel Acuña Narro, mismo que constituye una lectura clásica de la literatura mexicana del último tercio del siglo XIX. Por ese poema se ha sabido que la muerte del poeta fue decidida por el mismo y motivada por el desamor de Rosario de la Peña y Llerenas.


En esta novela de corte literario y policial, el autor, César Güemes, nos sorprende con una aseveración: Manuel Acuña no se suicidó, lo asesinaron. Escrita en dos tiempos: uno que recrea los años y circunstancias en que se desenvolvía la vida del poeta en la octava década del siglo XIX; el otro un pasado muy reciente en que un cazador investiga la muerte del poeta utilizando los recursos de la tecnología de la información. Los datos del libro muestran una gran investigación en varios acervos de la época de Acuña.


En aquellos años del siglo XIX descritos en la obra, cuando la República se estaba consolidando con Benito Juárez al frente y luego su sucesor Sebastián Lerdo de Tejada –xalapeño-, se daba una actividad literaria muy intensa. Los diarios publicaban poemas de los autores que son clásicos ahora. Se tenía también teatro. En la época destacó una obra escrita por Acuña: El pasado, una crítica a la sociedad decimonónica.


La muerte de Manuel Acuña fue por envenenamiento que se provocó él mismo. Según el autor, para no ser cómplice en el atentado que se planeaba contra un amigo suyo, jefe de la policía que había atrapado al jefe de una banda de extorsionadores que asolaba a los habitantes de la capital. Al menos en aquella época en que gobernaban los liberales –los juaristas- la policía hacía su trabajo.


La investigación nos lleva a lo que fue la Escuela de Medicina donde estudiaba el poeta, en las inmediaciones del la Plaza de Santo Domingo en el centro histórico de la ciudad de México. Por su corte policial, ésta es una novela de lectura interesante. El autor logra mantener un alto grado de intensidad del relato.


El Nocturno a Rosario inicia:


¡Pues bien! yo necesito
decirte que te adoro
decirte que te quiero
con todo el corazón;
que es mucho lo que sufro,
que es mucho lo que lloro,
que ya no puedo tanto
al grito que te imploro,
te imploro y te hablo en nombre
de mi última ilusión.


Y es lo que recordaba cuando vi esta novela entre otras en una mini-feria de libros hace pocas semanas.



Título: Cinco balas para Manuel Acuña

Autor: César Güemes

Editorial: Alfaguara

Edición: Primera, mayo de 2009.




1 comentario:

Clarice Baricco dijo...

No lo he leído. Apuntado.

Abrazos chico.