1933 – 1966
Potrero, Córdoba, en el estado de Veracruz y la ciudad de México merecen capítulos completos en estas memorias de Sergio Pitol. “Abridor de fronteras” lo llamó el poeta colombiano Darío Jaramillo en la charla de amigos que tuvieron en el marco de Hay Festival el último domingo en esta ciudad, donde reside el autor de esta Autobiografía precoz, como fue su título original en 1967. Los otros dos capítulos se refieren a sus viajes y a sus primeros trabajos.
Es verdaderamente apreciable la lectura de este libro. Su autor, nacido en el año 33 del siglo XX, comparte sus vivencias de sus primeros 33 años. La infancia en las inmediaciones del ingenio el Potrero, la continuación de su niñez y adolescencia en la pequeña ciudad de Córdoba. El recuerdo de sus ancestros que llegaron de Italia hacia el final del siglo XIX. El mundo dentro de las instalaciones del ingenio, donde residió al cuidado de su abuela, al quedar huérfano. Las primeras lecturas. El aprovechamiento del acervo de la biblioteca de Jorge Cuesta en Córdoba. Lecturas y más lecturas. Hicieron del niño y púber Pitol un gran conocedor de la literatura. Ese conocimiento no le valió para aprobar la materia de literatura universal de la preparatoria. Cosas de la vida. Evoca de su infancia sus visitas a Huatusco y la Colonia Manuel González –en el municipio de Centla- donde residen los descendientes de los italianos llegados de Europa a finales del siglo XIX.
El joven Pitol se va de la provincia veracruzana a la capital. Vive intensamente en el centro histórico de la ciudad de México. Estudia en la Facultad de Jurisprudencia. Aprende Teoría del Estado de su maestro sevillano Manuel Pedroso, exiliado de la República Española. También toma clases en la Escuela de Ciencias Políticas y Sociales y acude a la Facultad de Filosofía y Letras. Conoce a su entrañable amigo Carlos Monsiváis. Él, su gran amigo, es quien lo convence de escribir. Así llega a su primer cuento Victorio Ferri cuenta un cuento. Así inicia en la literatura.
Comparte sus vivencias de viaje. En barco a La Habana y Venezuela. Una de sus primeras vivencias políticas fue en La Habana. En la escalinata de acceso a la Universidad presencia, sin tenerlo previsto, el luto estudiantil por la muerte de uno de sus líderes y la represión del gobierno tirano de Fulgencio Batista. En Venezuela, gobernada a mediados del siglo XX por Marcos Pérez Jiménez, pasa una breve temporada en que escribe poesía, alojado en la residencia de una familia mexicana.
Trabaja en Pekín como traductor. Presencia el desencuentro de la URSS –Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, ya extinta- y China y el inicio de la llamada Revolución Cultural. Sale de China. Vive en Europa Oriental.
Este libro lo escribió en Varsovia y formó parte de la serie Nuevos Escritores Mexicanos del siglo XX. El último domingo, después del homenaje que le hicieron sus amigos en el Hay Festival, firmó ejemplares de sus libros. Me obsequió su autógrafo en el ejemplar que he leído. Brevemente le comenté que en el homenaje de sus amigos escritores quedó pendiente el homenaje al ciudadano Sergio Pitol. Que tenía presente su intervención del domingo 16 de julio de 2006 en el Zócalo dela ciudad de México, junto con su amigo Carlos Monsiváis, quien leyó el texto de ambos, en defensa de nuestros votos. Seguimos, dijimos. El país de Sergio Pitol, el país de todos los mexicanos merece un mejor destino.
Título: Memoria
Autor: Sergio Pitol
Editorial: Era
Edición: Primera edición en biblioteca Era, septiembre de 2011.
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